En Galicia existen infinidad de fiestas y certámenes relacionados con el vino. Solo en la Ribeira Sacra, por ejemplo, hay hasta siete certámenes diferentes. La mayoría de ellos han sido suspendidos o aplazados, aunque se está a la espera de ver qué sucede con el de Monforte, que se celebra la segunda semana de julio. La incertidumbre impera también en Valdeorras, cuya celebración tiene lugar a mediados de julio en O Barco. «Organizala é doado pero terían que cambiar moito as cousas para que se puidera facer», explican en el consello regulador, donde reconocen estar a la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos para decidir qué hacer con el festejo.
O Ribeiro, por su parte, tenía que haber celebrado su fiesta más importante el pasado fin de semana. En principio, los organizadores estuvieron de acuerdo en aplazar la cita, aunque sí que llevaron a cabo una actividad a través de las redes para recordar la fecha. «E tivemos unha participación máis alta do que esperábamos», explica el presidente del consello. En su opinión, ve difícil que el certamen pueda celebrarse como en años anteriores. «Creemos que vai ser complicado que se poida celebrar fisicamente, como en anos anteriores», asegura Casares.
A la expectativa están también en Monterrei, donde su principal fiesta se celebra a mediados de agosto. Y en Rías Baixas, cuyo calendario festivo empieza a mediados de julio en O Rosal, sigue el primer domingo de agosto en Cambados y remata el último fin de semana de ese mismo mes en O Condado. «Por nuestra parte estamos a la espera de lo que nos digan», asegura Huidobro. El consello regulador ha diseñado un protocolo para adaptar algunas de las actividades que organiza en Cambados, como la cata, que permite elegir al mejor vino del año, o el túnel del vino, para el que no sería difícil articular sistemas de control de la afluencia, pues es en un recinto cerrado y con entrada. «Por nuestra parte está todo previsto y nuestra función es cumplir lo que nos manden», concluye.