La ourensana Lorena Guitián acaba de desfilar para Dior en Versalles

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

O BARCO DE VALDEORRAS

La joven de 26 años, que ha pasado la mayor parte de su vida en O Barco, es arquitecta, exatleta y ahora modelo internacional

20 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que era una niña, a la ourensana Lorena Guitián (Vilamartín de Valdeorras, 1994) le gustó vestirse de forma práctica. «Siempre le he dado importancia a la imagen, pero no solo a la vestimenta. En general, me fijo mucho en la estética de las cosas. Soy una chica muy práctica, y lo muestro en mi forma de vestir, me parece importante que la ropa sea un reflejo de tu personalidad, un espacio más en el que expresarte», dice.

LOLITA VÁZQUEZ

Vaqueros anchos, unas Converse combinadas con una chaqueta de cuero negra y una riñonera, es todo lo que le hace falta para ir de la casa de su abuela, en Veigamuíños, al centro de O Barco. Allí la van a retratar para salir en este periódico. Precisamente es su personalidad lo que engancha de Lorena. Naturalidad, frescura y un toque rebelde, aunque sin excesos, es lo que desprende y fue así como conquistó la alta costura. «Un día un fotógrafo de moda me dijo que debería dedicarme a esto. Siempre me había llamado la atención pero lo cierto es que lo veía inalcanzable», explica. A las semanas de esa conversación, estaba en Madrid visitando a un amigo y decidió plantarse en la puerta de la agencia de modelos View Management. Fue a finales del 2019. Ahora la representan. Le enseñaron a desfilar y unos meses más tarde conquistó a dos grandes firmas durante la Semana de la Moda de París.

«Desfilé para Saint Laurent y Lacoste, y la verdad es que fue una experiencia increíble», recuerda. De ahí pasó a ser portada de la revista SModa, a protagonizar editoriales para Vogue y a recorrer las pasarelas con las creaciones de casas como Valentino o Hermès. ¿Su trabajo más reciente? Uno de los más importantes de su carrera, la presentación de la nueva colección de Dior. Un desfile por el palacio de Versalles retransmitido en directo para miles de personas. «Es gracioso porque nunca llegué ni a soñar con esto, era demasiado imposible. Me siento una persona muy afortunada y privilegiada, de verdad», dice. Lorena cree que ser ella misma es lo que más puertas le está abriendo dentro del mundo de la moda: «Estoy convencida de que hoy en día, en este sector, gustas por lo que eres, por el conjunto que representas, no solo en base a unas medidas o a un peso estándar. Así es como soy yo y no dejo que me cambien», explica. Prueba de ello son sus cejas, largas, pobladas y casi unidas, que le sirven para acentuar sus enormes ojos verdes. Eso sí, altura no le falta, mide casi 1,80; ni belleza, claro, pero tampoco talento, capacidad o inteligencia. Y es que Lorena es, además de modelo internacional, arquitecta por la Universidad de A Coruña, donde sigue viviendo la mayor parte del tiempo. «Al principio intenté compaginar los dos trabajos pero me di cuenta de que era imposible. En medio de una sesión de fotos, me llamaban para preguntarme por los planos de una tercera planta... y al revés ocurría igual. Decidí que había que elegir uno», explica. Sus dos mundos siguen estando conectados de alguna manera: «La sede de Valentino la diseñó David Chipperfield, cuando puse un pie en ella no me lo podía creer».

En el trabajo que escogió, el de la moda, los desfiles y los focos, cree que la ha ayudado mucho su pasado como atleta. Sí, como atleta. Esta joven valdeorresa de 26 años estuvo varios, en su adolescencia, compitiendo con el club ADAS, con el que llegó a ser subcampeona de España en salto de altura en la categoría cadete. «Creo que esos años de ejercicio constante y exhaustivo influenciaron mi manera de caminar ahora», admite. «Mi madre siempre dice que de pequeña, al ser tan alta, no era capaz de coordinar mi cuerpo y a veces corría como un pato mareado», confiesa entre risas. El deporte semiprofesional también le aportó disciplina y constancia y le enseñó a esforzarse e implicarse al máximo. Algo que sigue aplicando hoy en día. «Me cuido muchísimo, desde la alimentación al deporte diario. Y tampoco faltan las cremas», explica. Lo bueno es que le encanta cocinar y dice que es experta en convertir cualquier plato del mundo en su versión más saludable. También le encanta disfrutar de sus amigos y de su familia. Por eso visita Córgomo (Vilamartín de Valdeorras), donde viven sus padres, y O Barco, donde está su infancia, todo lo que puede.