El matadero municipal de Ourense echa el cierre tras vencer la concesión
O CARBALLIÑO

Las instalaciones de O Carballiño se convierten ahora en el referente del sector
03 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El sector cárnico de la provincia afronta un cambio de etapa. Desde hace algunos días el matadero municipal de la capital ourensana, que ha estado operativo durante más de dos décadas en las inmediaciones de la zona termal, ya no tiene actividad, tras haber caducado la concesión. Las empresas que hasta ahora utilizaban las instalaciones empezaron el 22 de octubre a hacer uso de las situadas en la localidad de O Carballiño, también de titularidad municipal, donde se ha firmado un contrato de veinte años, prorrogable a otros veinte.
«Empezamos con algunos problemas, pero ya estamos sacrificando allí al mismo ritmo que lo estábamos haciendo en el matadero de Ourense», confirmaba ayer mismo Emilio González, representante de la sociedad que gestionará las instalaciones. De esa unión forman parte Milucho Industrias Cárnicas, Carnes Marabú y Carnes Arga. Los empresarios están satisfechos porque, aseguran, el nuevo matadero tiene más capacidad que el que utilizaban hasta ahora, lo que permitirá en el futuro ampliar el número de sacrificios. Además, explican que todo han sido facilidades para el traslado. «Estamos satisfechos porque se nos ha ayudado en todo lo que necesitamos por parte del Concello de O Carballiño», explica González.
En las nuevas instalaciones trabajan en estos momentos dieciséis personas, una cifra casi idéntica a la que ya venía prestando servicios en la ciudad de As Burgas. «Les ofrecimos la posibilidad de cambiar de centro de trabajo y la mayoría aceptó. Al fin y al cabo estamos muy cerca de Ourense, y muy bien situados desde la salida de la autovía», cuenta el empresario cárnico.
La adecuación del matadero carballiñés a las nuevas necesidades llega después de un profundo proceso de reforma acometido en los últimos meses. El edificio, que había estado cinco años abandonado, afronta ahora un futuro prometedor ya que es más que probable que las empresas que ya han comenzado a explotarlo agoten el tiempo de concesión, dada la fuerte inversión que se ha destinado a la puesta al día del edificio, superior al millón de euros. Eso sí, han contado con la ayuda de la Xunta para acometer el proyecto. «Nosotros ya hemos cumplido con nuestro compromiso. Cuando mi padre cogió el matadero municipal le daba pérdidas al Concello de Ourense; creo que hemos hecho una labor no reconocida y siempre hemos tenido dificultades con la entidad municipal», asegura González.
Más servicio
El edificio se distribuye en una superficie de 1.600 metros cuadrados construidos y dispone de dos líneas de funcionamiento, bovino y ovino, aunque no se descarta que incorpore ganado porcino más adelante. Asimismo, integra cinco muelles de carga y varias cuadras situadas en la parte posterior.
González explica que el inmueble funciona «en las mismas condiciones que lo hacía el de Ourense», y asegura que dará servicio tanto a la comarca de O Carballiño como a la de la capital de la provincia. «Esperamos que todos los carniceros que lo necesiten vengan a sacrificar aquí a sus animales, tendremos reparto por la capital y esperamos ser un referente para toda la provincia», explica el representante de la sociedad gestora.
Desde el Concello de Ourense confirmaron ayer que, efectivamente, el matadero ya no tiene actividad y que están a la espera de que se les entreguen las llaves.
«Era el momento de irse; esperemos que esto sirva para fortalecer el termalismo»
El cierre del matadero municipal de Ourense ya es un hecho pero la incógnita ahora es saber qué uso se le dará a las instalaciones. «Ojalá que esto sirva para fortalecer el termalismo en la capital, y de paso también el comercio y la economía en general», asegura el empresario Emilio González, que reconoce que la ubicación que tenía este servicio no era la mejor, y asegura estar satisfecho con el cambio. «Cuando se puso en marcha el matadero aquella zona era la salida de la ciudad, y entonces los ourensanos vivíamos de espaldas al río, pero ahora era el momento adecuado para marcharnos, estoy contento con lo que ha pasado», reconoce. Insta además a que a corto y medio plazo se tomen las medidas necesarias para que desaparezcan otras empresas que todavía desarrollan en la zona termal su actividad para que la zona sea para uso y disfrute de ourensanos y turistas.
Nada decidido
Pero por ahora no está claro qué ocurrirá con ese edificio. «A futuro lo que va a pasar es que el Concello de Ourense se va a hacer cargo de esas instalaciones y después se decidirá qué se va a hacer y cuáles van a ser las acciones próximas a seguir», afirmó ayer mismo la concejala de Comercio, Flora Moure.