Agentes nacionales y locales abatieron al delincuente, que empuñaba una pistola de aire comprimido Apenas había pasado media hora desde que María José había abierto la relojería-joyería Rubí en la que trabaja-en la calle Progreso, de Ourense, junto a las Galerías Proyflem-, cuando entró uno de los primeros clientes de la tarde.
22 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Era un joven de unos treinta años que, sin ningún tipo de actitud sospechosa, se interesó por una sortija. Cuando la dependienta cogió un muestrario, el hombre aprovechó para ponerse un pasamontañas y ponerle una pistola en el pecho mientras le decía que se trataba de un atraco. Luego, le pidió que se dirigiese a la parte posterior de la tienda, donde se encuentra la caja fuerte. En ese momento, la empleada pudo hacer un gesto sobre lo que estaba ocurriendo a una mujer que se encontraba frente al establecimiento comercial esperando el autobús. Esta mujer avisó entonces a la policía. En el interior de la joyería, el atracador pidió joyas, dinero e incluso el teléfono móvil de la empleada. Ésta, con gran sangre fría, le facilitó una bolsa para guardar el botín e incluso le ofreció la posibilidad de encender la luz de la sala en la que ambos estaban. Cuando el ladrón accedió al ofrecimiento, ella aprovechó para escapar hacia la calle y dejar encerrado al atracador dentro de la joyería. Al rato, llegaron agentes de las policías nacional y local , y la empleada les entregó la llaves de la joyería. Con el arma en la mano Los agentes entraron en el local mientras el atracador salía, pistola en mano, efectuando disparos, que fueron contestados por los policías. El tenso tiroteo terminó con el delincuente herido tras el mostrador que se encuentra justo frente a la puerta de entrada del negocio. Una ambulancia medicalizada del 061 llegó al lugar, pero ya no se pudo hacer nada por la vida del hombre, que murió en la misma joyería que poco antes había intentado atracar. Fue identificado como Luis S.?A, tenía 30 años y era vecino de As Lamas (Barbadás). Tenía antecedentes por robo con fuerza cometido en 1998, y había sido detenido por ese mismo motivo hace sólo cuatro días, el pasado día 19. La policía científica descubrió bajo su cazadora dos mantas de joyas y desveló que la pistola con la que amenazó a las dotaciones de seguridad era de aire comprimido. El cadáver permaneció durante una hora y cuarto en la joyería mientras se cotejaban los datos para su identificación y llegaban el forense y el juez para el levantamiento del cuerpo, lo que se produjo a las siete de la tarde.