«No se puede decir que haya sido el típico comerciante ourensano»

Brais Capelán OURENSE

OURENSE CIUDAD

Julio Rivera jugaba al fútbol en el parque de San Lázaro cuando era un niño.
Julio Rivera jugaba al fútbol en el parque de San Lázaro cuando era un niño. miguel villar< / span>

Graduado de Derecho, decidió en 1959 dar un cambio radical a su vida

01 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«En este parque pasé mi infancia. Era el único lugar donde jugar en la ciudad», relata Julio Rivera Rodríguez (Ourense, 1929), que eligió el parque de San Lázaro «por escoger un lugar cualquiera», pues no siente predilección por ninguno en especial: «En mi vida hay tantos recuerdos buenos y malos que no sabría quedarme con ningún rincón de Ourense en especial». El comerciante retirado cuenta la historia de su vida al detalle, e incluso vacila: «Otros periódicos me ofrecían miles de euros por un reportaje».

Don Julio, como pide simpáticamente que le llamen, vivió hasta los cinco años en la calle Concordia, después se trasladó a Capitán Cortés (antigua carretera de Ponferrada). Decidió estudiar Derecho en Santiago en los años cuarenta, pero siempre tuvo claro donde quería estar: «En Ourense tenía mi vida». Cuando volvió a su ciudad natal decide opositar. Fue entonces cuando conoció a su mujer, Maite Fernández Domínguez. «Era la chica más guapa y solicitada de la ciudad y, no sé como, acabó conmigo», relata. Tras cinco años de noviazgo, se casaron en el 1958 y se trasladaron a la residencia que los padres de ella poseían en el Paseo, donde continúan viviendo.

Con un bufete propio en la capital ourensana, Julio tuvo que hacerse cargo de los almacenes La Verdad, en la avenida de Pontevedra, tras enfermar su suegro. En el 1959 dejó la abogacía para dedicarse al oficio de su vida: el comercio. «No se puede decir que haya sido el típico comerciante ourensano. Venía de otra profesión y tenía otra manera de trabajar, en gran parte porque no sabía nada de este negocio», explica Julio Rivera, que confiesa que tardó un tiempo en «cogerle el gusto» a aquello.

Su hijo, Luis Rivera Fernández, le remplazó en los almacenes y continúa hasta el día de hoy la tradición familiar, siendo el presidente de los comerciantes del centro. Julio abrió la tienda de decoración Portal en el Paseo, donde trabajó hasta hace diez años, cuando se retiró tras 46 de dedicación. «El comercio ha cambiado; igual que la sociedad. Antes venía mucha gente de los pueblos porque había pocas tiendas. Tuve la suerte de tener un negocio muy popular, pero nunca presumí de ello», explica.

Además de su profesión, Julio Rivera también probó suerte en la política, siendo cofundador del Partido Popular Gallego (PPG), sin ninguna relación con el PP, con el que participaría en las primeras elecciones de la democracia. Además, formó parte de la Alianza Francesa de Ourense y de varias organizaciones ligadas a la Iglesia Católica, como los Equipos de Nuestra Señora.

Tras su retiro, el ourensano admite a qué a dedicado el tiempo estos años: «Aunque suene algo cursi, a mi mujer. Estoy contento porque, en una época de crisis como esta, no me tengo que preocupar de nada. Lo que no hice de joven ya no lo voy a hacer».

La Federación de Comercio acaba de rendirle un homenaje. Con la trayectoria de don Julio era previsible.

Julio Rivera rodríguez