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«Llevo 37 años sin vacaciones para darles de comer a los animales»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Raúl Peña, gerente de la tienda de mascotas Planeta Azul: «La gente que se lleva un canario no suele tener menos de cincuenta años»

24 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablarle a los ourensanos que tienen mascotas en casa de la tienda Planeta Azul abre las puertas a un enorme caudal de anécdotas. Por ejemplo, la de unos hermanos con un pájaro que, para evitar las broncas de sus padres por perderlo, tenían que ir cada dos por tres por allí para comprar uno igual y así esconder el «delito». A veces llegaban justo antes de la hora de cierre, pero nunca fueron descubiertos (o, al menos, eso creen ellos).

El cariño con el que sus clientes recuerdan esas historias «es muy gratificante», dice Raúl Peña Álvarez, el responsable de la tienda desde hace 37 años. «Con esas cosas te das cuenta de que todo el trabajo que haces es por algo», dice después de escuchar la anécdota de los hermanos. Este ourensano, nacido en 1958, no fue, sin embargo, quien abrió el negocio. Cuando él se hizo con el traspaso, en 1980, llevaba ya unos cinco años en funcionamiento. Por aquel entonces Raúl no sabía demasiado de mascotas y, de hecho, inicialmente no pensaba en seguir con esa actividad. En realidad pretendía poner en marcha una carnicería, pero vio que no había demasiada competencia en Ourense en el mundo de las animales de compañía y decidió probar.

Cambio de costumbres

Desde entonces han pasado 37 años y Planeta Azul es la tienda más antigua del sector que existe en Ourense. En este tiempo Raúl Peña ha podido comprobar cómo las costumbres y las prioridades de los clientes que pasan por allí han cambiado radicalmente. «Al principio casi lo único que se vendían eran pájaros pero ahora casi nada. La gente que se lleva un canario no suele tener menos de cincuenta años», cuenta el vendedor, que recuerda que hubo un bum de los animales exóticos hace unos años. Sin embargo, las exigencias de permisos y los elevados precios que tienen en la actualidad son motivos que han rebajado notablemente esa moda. Lo que más se compra ahora son, según dice, perros y peces, justo las mascotas que tiene el propio Raúl Peña en su casa.

La atención que da a los animales, tanto los suyos como los que vende, es la mejor posible. Pese a ello, es frecuente encontrarse a personas frente a su escaparate lamentándose por ver a las mascotas allí. Algunos incluso entran en el establecimiento y se dirigen, con poca educación, a Raúl. «Claro que estarían mejor con más espacio, pero aquí están perfectamente atendidos. Me gustan los animales y los cuido bien. Llevo 37 años sin vacaciones para darles todos los días de comer», explica el dueño.

Después de haber construido un legado de cuatro décadas de servicio a los amantes ourensanos de los animales, aún le quedan unos años antes de la jubilación, pero después le gustaría que Planeta Azul siguiese abierta. Raúl Peña tiene tres hijos pero todos ellos tienen ya su medio de vida al margen de la tienda. Y su padre está feliz con que sea así porque admite que es duro. No poder marcharse de vacaciones durante 37 años es una espinita que tiene clavada y esa dedicación diaria al negocio no se la recomienda a sus hijos. Sí le gustaría, no obstante, que alguien tome las riendas de un establecimiento histórico en la capital ourensana.

Una tienda pequeña y difícil de localizar, pero con encanto

La tienda Planeta Azul lleva abierta con Raúl Peña Álvarez al frente del negocio desde el año 1980. Pasar por la calle Manuel Pereira con niños pequeños y no verse obligado a parar ante su escaparate para que le echen un vistazo a los animales es poco menos que un milagro. Desde la calle pueden verse los roedores, perros o pájaros que tiene el establecimiento a disposición de los amantes de los animales, que también pueden encontrar allí todos los complementos necesarios para su cuidado y su alimentación. Una vez dentro de la tienda, uno puede comprobar que su tamaño es reducido. Se mire donde se mire se ven acuarios, jaulas, correas, accesorios...

El establecimiento es pequeño y, a veces, difícil de localizar. Los clientes que ya lo conocen van a tiro fijo, pero si alguien la busca por primera vez en Google puede que el resultado le mande al número 55 de la avenida de la Habana. El local pertenece a ese edificio, pero Raúl ha luchado para poder identificarlo como el número 1 de Manuel Pereira, que es donde realmente está.