
Paula Noya reflexiona sobre la casa como confinamiento e identidad
25 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel pero el miedo arruga el alma», Facundo Cabral.
El programa de la Universidad de Vigo, Estado Crítico, 12 curadores, 12 artistas de la Sala Alterarte del Campus de Ourense, ideado y dirigido por el artista y profesor Xosé M. Buxán Bran, es un proyecto que conecta a docentes y profesionales del mundo del arte con artistas como comisarios de una exposición y equipara ambos trabajos para destacar la colaboración de los dos agentes en cada propuesta. El espacio de la Sala Alterarte está intervenido por el proyecto expositivo Son aquela (espazo de desarraigamento) de la artista Paula Noya y está comisariada por Paula Cabaleiro.
La intervención atraviesa la realidad conocida de los espacios domésticos en un viaje a través de la memoria vivida. Rescatando del baúl del pasado la identidad del subconsciente colectivo, imágenes archivadas en el recuerdo, instantes extraídos de cualquier álbum familiar, retratos intervenidos por los huecos que el vacío deja en los espacios de ausencia, de silencio, rotos, que componen el puzle que retrata la memoria y completa la inteligencia en la pérdida de las piezas que reserva el olvido. Transposición conceptual de materiales e ideas añadiendo matices desconcertantes en la estampa familiar, psicológicos desasosegantes como el miedo, el confinamiento consentido del drama doméstico, la claustrofobia y angustia sobre los que reflexionan Ana Gil o Boltanski, el existencialismo del insider que reconstruye la imagen desde el interior, la intrahistoria.
Metáforas simbólicas que sacuden la cotidianidad de la estampa distanciándose del costumbrismo y aportándole la auricidad de la obra de arte en la ocultación de tramos de la imagen, información que reserva en abierto dialogo entre permanencia y ausencia e inmanencia. Axiomas en los que el espectador ha de llenar los espacios en blanco que plantea como huecos, pliegues de la memoria y el silencio que trasciende de la pérdida convertida en ausencia y obligada al desapego. Muestra empatía por las alteridades de los objetos planteados con la distancia narrativa del outsider. Esta instalación se apoya en los versos de María Mariño, del poemario Palabra no Tempo en cuya apropiación subraya la intención del proyecto específico, a través del hilo narrativo de las palabras que singularizan la imagen fotografiada y sus alteridades en Ausencias (fotografía, piezas de rompecabezas y vídeo).
En O fío de Cloto, Paula Noya se expresa a través del dibujo sobre papel de grabado Fabriano con una iconografía atomizada, circular, encriptada.
La intimidad revelada, invadida, desvelada. Cuestiones existenciales a partir de referencias autobiográficas. El peso de la pertenencia a un clan familiar y el desarraigo. Las ansias por huir y autorrealizarse sin referencias, liberada de la tradición y el patriarcado. Indagaciones sobre la identidad y sus contaminantes.
Desarraigamento, instalación site specific constituida por la integración de papel de pared, cucarachas de vinilo lacadas y cojín bordado con los versos de María Mariño.
El bordado presente en la tradición como manifestación de feminidad, dualiza en su preciosismo dorado de delicada apariencia, la surrealista presencia de lo podrido, infestado de insectos. Cucarachas del pasado, supervivientes. Son aquela, la de antes, la de siempre. Distanciada por el tiempo y la distancia, apenas reconocible, la misma, al fin y al cabo. Heredera de apellido y tradición y sin embargo, la otra, desarraigada y ajena.
Identidades en conflicto y escenografías dramáticas en tensión, el hogar como elemento trastornado de abigarrado y asumido confinamiento y paradójicamente refugio también. Frustración emocional e incomunicación, pérdida de la ilusión y apática condescendencia metálica que asimila la víctima al verdugo. Aislamiento, alienación y reclusión.
Conceptualmente remite a Ikona (2016), filme de Wojciech Kasperski, en el que reflexiona sobre el confinamiento, la reclusión y el olvido; de manera literaria a Flores en el ático V.C. Andrews, desde el posicionamiento en femenino a Cindy Sherman y a la grandísima Louise Bourgeois en la construcción de un espacio inquietante. El hogar del desasosiego, la casa como espacio de claudicación. Espacios de tránsito, espacios claustrofóbicos y confinamiento doméstico como consecuencia de la fragilidad emocional.
«(...) Y con el tiempo, por lamentable que fuese, acabaron olvidando que había otro mundo que aquél en el que estaban encerrados…»
crítica de arte