
Francia, Brasil, Italia, Japón, Reino Unido, Uruguay, Estados Unidos, México, Baréin, Qatar y un larguísimo etcétera que llega hasta las antípodas del mundo. La castaña ourensana, a la que he tenido el honor de acompañar en múltiples ocasiones, cruza fronteras y territorios que imaginábamos infranqueables hace años, impregnándolos con el alma de nuestros bosques, aventuras que han permitido elevar un 70% el volumen de nuestro negocio en el exterior. Pensar que hace 80 años, los fundadores de Grupo Cuevas confiaron en el potencial de este fruto, tan de nuestra tierra, tan de Ourense, imprime en nuestro trabajo diario un impulso y una motivación difícil de explicar. Lo cierto es que lo vivimos, yo personalmente desde hace veinte años, como una forma de vida y entendiendo toda la complejidad que este fruto encierra. La castaña es nuestra alma, el alma de Cuevas y también el alma de Ourense.
Formar parte del entrañable proceso de transformación de cada uno de los 5.000.000 de Marron Glacé que elaboramos cada campaña, de sus exquisitos derivados y del reto que supone situarlo en cada vez más países del mundo, tiene mucho de eso, de alma. Y también de vocación y de inacabable estímulo. Nada de esto sería posible sin contar con el origen, con la mejor materia prima: nuestra castaña. Siento esa satisfacción cuando me preguntan de dónde soy, y a la respuesta «de Galicia…» replican, «vaya, tierra de castaños», «la mejor castaña, la gallega»... Pero al mismo tiempo, y con tristeza, visualizo toda esa riqueza que año tras año se queda en el manto de nuestros bosques sin recoger. ¿Ingratitud? Quizás debiéramos reflexionar toda la cadena alimentaria y la Administración, y pensar solidariamente en crear valor compartido como una estrategia global competitiva. No hablamos de filantropía, sino de entender nuevos modelos de generar valor y de crear una sólida, singular y valiosa marca de país.
Galicia alberga en sus bosques la mayor riqueza genética de Europa con más de 140 variedades de este fruto, de las que apenas cinco reunirán los atributos esenciales para elevarse a «Marron». Rigurosos criterios organolépticos, un calibre extragrande (entre 50 y 60 frutos por kilo), cada vez más escaso por las persistentes sequías, una hermosa forma redondeada, textura firme y carnosa, sabor dulce y un porcentaje de humedad entre un 55 y un 60 % para que el posterior confitado a baja temperatura (60 grados durante 7 días) resulte perfecto, son algunos de ellos.
Por producción y valor económico, la castaña es el principal fruto de Galicia y es poseedora de la única marca de calidad en España reconocida por Bruselas. Además, Galicia tiene la capacidad de producir 90 millones de kilos cada año, de los que tan solo se recogen 20 millones. Y con este punto de partida, entendemos necesario seguir fomentando una conciencia colectiva de la castaña como bien propio.
Nos sentimos privilegiados contando con la confianza, durante más de 40 años, de las personas que nos sitúan en el liderazgo en la comercialización de productos derivados de la castaña y del impulso que esto supone a la hora de emplazarnos en las cadenas líderes de la distribución en todo el mundo. Cruzar el mundo y encontrar nuestro Marron Glacé Ourensano en un establecimiento en Filipinas o Baréin, siempre despertará un hormigueo en mi estómago.
El Foro de la Castaña, que iniciamos allá por el año 2011 junto con el Inorde, nacía con la vocación de propiciar una cultura de integración y prestigio de la castaña en la actividad social e impulsar la presencia de la castaña también en nuestra vida cotidiana. Destacados personajes públicos se unieron generosamente a este compromiso con la castaña, aportando su sensibilidad y sus diferentes interpretaciones de este fruto. Algunos desde la experiencia de la cocina, otros desde su amplio bagaje como comunicadores. Renovamos ahora ese compromiso para crear un espacio más sensible que facilite el desarrollo de los proyectos y las iniciativas relacionadas con castaña. Y queremos que implique ya no solo a empresas, también a la sanidad, a la educación, al turismo, a la universidad, a las comunidades agrícolas, a la hostelería, a los jóvenes, a los profesionales… queremos un movimiento por Ourense, queremos darle a la castaña su oportunidad y ponerla en el corazón estratégico de Ourense… queremos crear una especie de estado de ánimo oficial y transversal que ayude a fomentar una conciencia de lo nuestro.
Ourense tiene en la castaña un diamante protegido por los erizos. Y nadie debería dejar setenta mil toneladas de diamantes tirados en el suelo cada año.
Marina Domínguez Valcarcel es la responsable de Comercio Exterior en Grupo Cuevas.