Casiano Feijoo se jubiló después de 42 años ejerciendo la medicina, 25 de ellos en Pereiro de Aguiar, y ahora disfruta de su faceta de cantante y compositor
19 sep 2020 . Actualizado a las 11:16 h.Hay profesionales que dejan huella y a los que también les marca el lugar en el que ejercen y sus gentes. Es lo que le ocurrió a Casiano Feijoo con Pereiro de Aguiar. Se acaba de jubilar como médico de familia en este ayuntamiento que convirtió en su destino definitivo durante los últimos 25 años y en su casa. Natural de Ribadavia, Ourense ciudad, Cortegada, Coles, Castrelo do Val o Cartelle fueron otros lugares de la provincia en los que ejerció, desde que se licenció en 1978. En estos más de cuarenta años de dedicación a la medicina, este doctor ha visto una mejoría en una profesión que es «constante evolución». En los últimos tiempos, la informática ha pasado a tener un papel importante. «Está muy bien pero lleva mucho tiempo», sopesa el médico, al que lo que más le gusta es el contacto con el paciente. «Ahora los centros están más dotados; antes no teníamos ni gasas. Con menos recursos atendíamos a más población, pero la demanda era más tranquila y el trabajo relajado, ahora es más inmediata», concluye. Por eso, aunque ha estado «muy feliz en la consulta», cuando llegó el tiempo de jubilación -tiene 65 años- decidió retirarse. Se notaba cansado para la «presión asistencial» y la «burocracia» que hay actualmente. Así que meditó la decisión varios meses y el miércoles tuvo su último día de actividad laboral. Al menos, le queda la gratificación de poder seguir viendo a la gente a la que atendía pues reside en Pereiro de Aguiar. Se quedó a vivir allí porque le gustó el carácter afable de los vecinos y se encontró muy apoyado desde el Concello, tanto por el anterior alcalde, Eliseo Fernández, y como por el actual, Luis Menor. Además de a la medicina, Casiano profesa una gran afición a la música. Desde los doce años comprando discos, acumula una colección de dos mil elepés en distintos formatos; hace ocho años dio el paso de oyente a intérprete, comenzando a estudiar guitarra, lenguaje musical, y desde el año pasado canto -para contrarrestar una afonía que le afectaba-. «Se me ocurrieron canciones y a José Rubio, un amigo músico, productor y arreglista, le gustaron y las grabamos». Doce canciones que conforman Casiano 65, un primer trabajo que puede que tenga continuidad pues hay inspiración, sigue ensayando con José Rubio y, con la jubilación, tendrá más tiempo para esta afición.