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Diez cafés para llevar a la oficina

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

La cremosidad, la calidad o la forma de elaborarlo son algunos de los secretos que estas cafeterías destacan de la bebida caliente más consumida en las frías mañanas ourensanas

02 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El café es uno de los productos que más se consumen en la capital. Las mañanas son el momento más escogido para degustarlo, pero también la primera hora de la tarde, justo cuando la digestión empieza a surtir efecto provocando bostezos por doquier. Entre sus beneficios más conocidos está el de mejorar el rendimiento físico, disminuye el riesgo de padecer diabetes y la posibilidad de contraer enfermedades neurodegenerativas. Acelera el metabolismo pero, sobre todo, y la razón por la que es tan consumido es que nos mantiene alerta.

Las nuevas restricciones han provocado que en las cafeterías ya no sea posible tomarlo sentados a las mesas de su espacio interior. En algunas pocas puede hacerse en la terraza, al menos hasta que el frío y la lluvia lo permitan. Aunque la opción que empieza a convertirse en la más utilizada es pedir el café para llevar. En estos diez locales sirven un producto de calidad que puedes llevarte a la oficina -o a donde quieras-.

Borja González es el barista al frente de Kaldi
Borja González es el barista al frente de Kaldi Agostiño Iglesias

Kaldi Coffee

En esta cafetería situada en la plaza de Paz Nóvoa se toman el café en serio. Tanto que su propietario, Borja González, es barista profesional. El secreto de su éxito está en la calidad del producto. «Somos los únicos en Ourense que ofrecemos cafés de especialidad», dice. Se trata de variedades muy concretas, en las que se cuida desde el origen del grano para que repercuta en el sabor. «Ahora mismo tenemos una mezcla de Colombia, más ácido, y Etiopía, afrutado y con notas cítricas. No hay que olvidarse de que el café es un fruto de temporada y nosotros también tenemos eso en cuenta a la hora de escoger», afirma Borja. Desde que abrieron hace ya casi tres años, dan la posibilidad a sus clientes de pedirlo para llevar por 1,20 euros.

En Kaldi también preparan café de filtro. «El de calcetín», apunta el barista ourensano. Muelen a mano los granos y lo preparan en el momento. «Para este tipo solemos tener varios orígenes disponibles aunque sobre todo recomendamos cafés africanos». Ahora mismo tienen uno de Etiopía, uno de Burundi y otro de Colombia. El precio de estos oscila entre los 2,40 y los 3,50 euros. «Se paga la exclusividad de los granos y la realización artesana y al momento. Son cafés que están deliciosos», continúa Borja. No se olvidan, en ninguno de los casos, del latte art, los dibujos que se crean en la espuma del café. «Es parte de nuestro trabajo, cuidar cada detalle también presentación del producto», termina.

Sandra y Martina, con los cafés con mensaje positivo del Sil
Sandra y Martina, con los cafés con mensaje positivo del Sil Iria Rodríguez

 Sil

Martina Blanco adquirió el Café Sil en el 2009 y desde ese momento dio la posibilidad a sus clientes de pedir el café para llevar. «Siempre nos pareció que era una opción útil y por eso la pusimos. Es cierto que ahora se mueve mucho más que antes», explica la hostelera ourensana. Si algo caracteriza a sus cafés, además de que para muchos son los mejores de la ciudad, es que vienen acompañados de un mensaje positivo en su versión take away. Tanto Martina como Sandra Cid, camarera de la cafetería situada en la calle Valle Inclán, se encargan de plasmar en el vaso de papel para llevar unas palabras con las que motivar la jornada de sus clientes. Desde «Hoy será un buen día» a «Feliz miércoles». «Lo que más valoramos de nuestro trabajo es el trato con la gente. El seguir estando cerca de ellos a pesar de la situación, que sigan confiando en nosotros. Estamos muy felices de cómo están respondiendo», dice Martina.

Las profesoras que trabajan en el colegio que hay frente al bar no han dejado de acudir en su descanso para sentarse en mesas separadas y disfrutar de la especialidad del Sil. Otros muchos están eligiendo llevárselo puesto al trabajo. Cuesta 1,10 euros y va con una galletita de regalo. «Hemos adelantado el horario y ahora abrimos a las seis y media para dar también café a los que entran a primera hora», termina Martina.

Santi M. Amil

 Miramiño Bar

Desde su terraza efectivamente se ve de refilón el río Miño que cruza la capital. El bar Miramiño está situado al comienzo de la avenida de Marín, en el barrio de A Ponte. Lourdes Vázquez lo abrió en el 2019 y pronto se hizo con un buen puñado de adictos a su café. «La verdad es que funciona muy bien desde el principio. Lo tenemos para llevar y también se lo acercamos a los negocios de alrededor», explica. En su caso, cuestan un euro. «Cada vez nos piden más», admite. Dice que cuidan tanto la calidad como la elaboración. Lo que más le gusta es tener un detalle con sus clientes a través de pequeños dibujos en la espuma como flores o corazones. «Ahora hay que cuidarlos más que nunca», termina Lourdes.

Marina y Ana preparan con cariño los cafés del Cabanillas
Marina y Ana preparan con cariño los cafés del Cabanillas Iria Rodríguez

Cabanillas

En el establecimiento situado a la altura de la plaza de San Antonio llevan años haciendo cafés para llevar, pero con la llegada de las restricciones han ampliado la oferta. «Ahora tenemos recipientes de todos los tamaños, que se adaptan a los gustos y a las peticiones de nuestros clientes», explica Moisés Limia, propietario del Cabanillas junto a José Ramón Pérez. Este último es quien se encarga de realizar la amplísima variedad de pinchos que el local ourensano presenta cada mañana. «En el 90 % de los casos, el café va a compañado de un pincho salado», apunta. La variedad es muy amplia y cambia cada día porque se hacen cada mañana. 

Sus cafés también están considerados por los ourensanos dentro de los mejores de la ciudad. «Yo aprendí a hacer cafés de verdad cuando empecé a trabajar aquí», señala Ana Isabel Vega, una de las empleadas del bar de la capital. «Creo que el secreto está en la cremosidad de la leche que se consigue al batirla», añade. «Es por un conjunto de cosas, sin duda, pero lo cierto es que en el Cabanillas tenemos una forma de elaborarlo que seguimos a rajatabla todo el equipo», explica Marina González, otra de las empleadas. Cuestan 1,20 euros y los acompañan de un detalle dulce envasado, que puede ser incluso sin glúten. «Nos gusta tener en cuenta a todos nuestros clientes», termina Moisés.

En Bakery Coffe Tito acompañan los cafés con una muestra de su bollería artesana
En Bakery Coffe Tito acompañan los cafés con una muestra de su bollería artesana Iria Rodríguez

Bakery & Coffe Tito

Está situado en la zona de As Lagoas, concretamente en la avenida Rodríguez Castelao, y nació con la intención de pisar fuerte en el campo de los desayunos. Las restricciones vigentes frenaron el consumo dentro del local, pero en Bakery & Coffe Tito siguen ofreciendo sus servicios tanto en la terraza como para llevar. Hacen cafés de todo tipo: bombón, carajillo, irlandés, vienés, capuchino, americano... «La verdad es que hay mucha gente que está apostando por llevarse el café tanto a casa como al trabajo, incluso tenemos clientes que se lo toman en el coche», explica Enrique Outomuro, propietario del negocio junto a su mujer, Milagros Souto. El pequeño cuesta 1,10 euros y si se prefiere en tamaño grande vale 1,35. «Trabajamos un grano arábica tostado aquí en Ourense, en Las Antillas-Campos y su sabor es muy específico, está riquísimo», apunta Enrique.

Este matrimonio ourensano está detrás de las panaderías Tito Rivela por lo que tiene su propio obrador de dulces, de ahí que con cada café que se pide para llevar vaya incluída una pequeña muestra de su repostería. «Es una forma de que conozcan una pequeña parte de lo que elaboramos así que siempre les metemos en una bolsita o un minicruasán, o una mininapolitana o una pequeña trenza», termina el panadero.

Santi M. Amil

Panatier

Otro de los cafés que más triunfan en la capital es el de Panatier y tiene una explicación. «Es atípico. Trabajamos con uno de los pocos granos de cultivo ecológico que hay en España», dice José Seijo, encargado del local situado en la calle Progreso. «La temperatura a la que se hace es fundamental para que suelte el agua que le sobra. Y también la leche, el porcentaje de grasa que tiene, utilizamos Unicla, de Feiraco. Todo influye y aquí intentamos mirarlo todo», añade. Dice el hostelero ourensano que para llegar a servir el que dan hoy, se pasaron por lo menos un mes haciendo pruebas y más pruebas. «Estamos encantados con lo que hemos conseguido», admite.

Tiene precio único de un euro y utilizan el modelo más grande de café para llevar. «Al final es una parte de nosotros que el cliente se lleva y por su confianza queremos que sea lo mejor», explica José. Con las nuevas restricciones, ahora Panatier solo trabaja el servicio para recoger. Sobre todo sus cafés lo consumen trabajadores de la zona, que antes lo tomaban sentados en sus mesas y ahora apuesta por trasladar ese momento de descanso a la oficina pero con su opción de siempre.

En el Bar Perla llegaron a preparar un centenar de cafés al día
En el Bar Perla llegaron a preparar un centenar de cafés al día Agostiño Iglesias

 Perla

Para Alex Castro, propietario del bar Perla, el secreto del mejor café está en la práctica. «Preparábamos unos 150 a diario. Eso, durante siete años, es mucha práctica», dice. El covid ha cambiado mucho las cosas pero, en su caso, el servicio para llevar intenta compensar la bajada de demanda. «Hemos llegado a triplicar los pedidos en ese sentido, pero es cierto que el consumo en el local es nulo y en la terraza mínimo», amplía Alex. Quienes más piden sus cafés son los docentes de los centros educativos que les rodean -está situado en la calle Vicente Risco, en A Ponte- y también los propios alumnos. Cuestan un euro y son de tamaño mediano.«Los preparamos con mucho cariño y utilizamos café Candelas, todo influye», concluye Alex.

En el Tamarindo, personalizan hasta el envase del café
En el Tamarindo, personalizan hasta el envase del café Agostiño Iglesias

 Tamarindo

«Los pequeños empresarios y los funcionarios que trabajan por el casco viejo siguen viniendo cada día a por su café», explica Rubén Gil, propietario del Tamarindo, en la Praza Maior. Ahora lo recogen y se lo llevan a la oficina. En este establecimiento creen que el truco para hacer un café de calidad es: «Utiliza un producto 100 % natural». También destacan la cremosidad de su producto. Su precio va de 1,10 a 1,30 euros, dependiendo del tamaño seleccionado.

El servicio para llevar y también el de entrega a domicilio es algo en lo que este restaurante ha estado trabajando desde que comenzó la pandemia. «Estamos creando una aplicación propia para que nuestros clientes hagan a través de ahí sus pedidos», dice Rubén. Los envases, desde los de café, son totalmente personalizados. «Cada detalle es importante y creemos que eso marca la diferencia», afirma el hostelero ourensano. 

Agostiño Iglesias

Sabucedo

Las panaderías Sabucedo cuentan en dos de sus locales con el servicio de cafetería. En ellos, tanto en el situado en Marcelo Macías como en el de la calle Fonte do Monte, lo más habitual es encontrarse a clientes saliendo con su café en la mano. «Siempre hemos trabajo con esta opción porque es cómoda para el cliente. Acompañan alguno de nuestros dulces con la bebida y ya tienen el desayuno», dice Estela Sabucedo, propietaria del negocio. Aunque solo se pida café, Estela y su equipo siempre meten en una bolsita un trocito de bica casera con el que acompañarlo. 

Lo que caracteriza al café que hacen en estos locales de la capital es: «La combinación del grano que utilizamos, que es natural, con la leche, que es Pascual». Así lo cree Estela. En el situado en la zona del Auditorio de Ourense, los usuarios que más piden este producto para llevar son los jóvenes que estudian en la biblioteca,. «Hacen su descanso con nosotros y es algo que nos encanta. También es muy común que lo combinen con xuxos, hojaldres o minipizzas», finaliza la ourensana.

Daniel Álvarez está al frente del café Bali
Daniel Álvarez está al frente del café Bali Iria Rodríguez

Bar Bali

Cuando Daniel Álvarez se puso al frente del negocio familiar hace dos años, su intención era la de potenciar su carta de desayunos. De ahí que en Bali, al comienzo de la avenida Rodríguez Castelao casi en Celso Emilio Ferreiro, cada vez se pidan más cafés. «Es orgánico, de la marca gallega Candelas. Escogimos el de gama superior para asegurarnos la mejor calidad», explica este ourensano. Su padre regentó Bali durante 22 años y ahora la cafetería luce un aspecto más moderno. «Quisimos actualizarlo y ahora nos estamos adaptando a esta situación», dice Daniel. El café cuesta 1,10 euros y en unos días le llegará un duro competidor de cara al invierno: el chocolate con churros. «Vamos a añadir esta oferta a nuestra carta, incluso poner un espacio diferenciado en la entrada para que la gente pueda pedirlo para llevar», termina.