«En los centros de salud hay ecógrafos infrautilizados por falta de formación»

Ourense se ha llevado el premio gordo de la segunda edición de la Beca de Medicina Rural. Los promotores, la Asociación de Médicos Gallegos y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, con el apoyo del Grupo Menarini, han seleccionado como propuesta ganadora la presentada por Keith Albert Foo Gil. Este médico del centro de salud de Laza planteó un proyecto para crear un aula de formación en ecografía clínica.

«Los médicos en los ámbitos rurales somos multifunción, muy polifacéticos, porque tratamos de resolver lo más posible los problemas del paciente en el entorno en el que nos encontramos. Y el ecógrafo puede ser una herramienta útil en esa capacidad resolutiva», argumenta Keith Albert Foo para explicar la razón de esta iniciativa. Recuerda que la ecografía es un recurso más para confirmar o complementar sospechas diagnósticas y que, de hecho, la nueva reforma del programa de formación de los médicos de familia ya incluye entre sus materias la ecografía clínica, también llamada ecografía a pie de cama. «Tenemos que incorporarla como otro instrumento más que nos va a ayudar, igual que nos ayudamos con el fonendoscopio o el estetoscopio, o del electrocardiógrafo», recalca. De hecho, en los últimos años se ha generalizado en toda España, y también en Galicia, la adquisición de equipos destinados a la atención primaria. «La gran mayoría de los centros de salud comarcales tienen un ecógrafo, el problema es que están infrautilizados porque falta formar a los médicos de familia para usarlos y que les sirva para la aproximación diagnóstica y para ser más resolutivos, algo especialmente necesario en el rural», recalca.

Keith Albert recuerda que la ecografía clínica no anula la posibilidad de la variante de la pruebas tradicional y reglada, que es informada por un especialista radiólogo. «La que nosotros hacemos se orienta a lo que somos: clínicos. Se realiza bajo sospecha diagnóstica para ayudar a descartar o confirmar, o para tener una idea más clara», matiza.

Apunta que una de sus ventajas es que puede ayudar a determinar la urgencia y agilizar derivaciones a otros especialistas. Otra es que se consigue reducir tiempos de espera. «Ahora mismo, si pido una ecografía en contexto preferente, me están tardando de tres a cinco meses; y por encima de seis si es una petición ordinaria normal», matiza el facultativo. «El manejo de ultrasonidos es una herramienta tan fundamental como para decidir incluso qué otros estudios a posteriori se necesitan, sin generar más gastos al sistema. Porque si yo lo tengo claro ya sé lo siguiente que tengo que pedir o a quién tengo que remitir a este paciente. Incluso puedo enviar las fotografías al especialista de digestivo, o al cirujano, por poner dos ejemplos, si les hago una consulta electrónica, lo que nos llevará a poder canalizar de mejor manera al enfermo. Ganamos rapidez, eficiencia y podemos evitar desplazamientos en algunos casos».

La dotación económica de la beca, que suma 4.000 euros, servirá para hacer la instalación del aula y dotarla de algunos equipos necesarios, como un aparato de proyección de diapositivas o una mesa de exploración. La idea es que esté montada en marzo y pueda iniciarse de forma inmediata la formación. El proyecto está abierto a cualquier médico del rural dispuesto a hacer esa rotación en Laza y también a los adjuntos y residentes integrados en la Unidad de Formación Docente. La iniciativa se desarrollará en colaboración con el aula que ya existe en el centro de salud de Allariz, donde los doctores Manuel Solla y Manuel Devesa llevan varias décadas liderando la formación y el uso de manejo de ecógrafos para médicos de primaria.

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