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Carmen Rodríguez: «Sei como se vive o mundo da política e pode ser durísimo»

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Carmen Rodríguez, en la Praza Maior.
Carmen Rodríguez, en la Praza Maior. MIGUEL VILLAR

Mujer de sindicalista y madre de exdiputada, vivió la otra cara del servicio público

24 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque muchos conocen a Carmen Rodríguez Rodríguez (Ourense, 1957) por ser la mujer del histórico sindicalista Etelvino Blanco o por ser la madre de la exdiputada socialista Noela Blanco, ella es mucho más que eso. Su familia, es cierto, le ha aportado grandes momentos de felicidad, pero también importantes quebraderos de cabeza. Carmen Rodríguez responde siempre, a lo bueno y a lo malo, con la sonrisa puesta y con una admirable capacidad de resistencia.

Aunque nació en Ourense, a los tres años sus padres se la llevaron a Venezuela y allí vivieron todos hasta que tenía 17 y decidieron regresar a España. «Ao principio foi moi duro», cuenta ella, que recuerda su vida al otro lado del Atlántico como una etapa de gran felicidad. Primero estuvieron en Caracas y después en Puerto Ordaz, «moi cerca do Salto do Ángel e do Amazonas». La diferencia entre aquello y su siguiente destino vital, en el País Vasco, era «un abismo», relata.

Acabó adaptándose y recuerda con especial cariño sus primeros pasos como delineante en una fábrica de bicicletas. De hecho, varias décadas después mantiene el contacto con sus compañeros de trabajo de entonces. Pese a la distancia, su familia no perdió nunca el contacto con Ourense y ella los acompañaba, pero también hacía su propia vida aquí. Tenía amigas y un día le propusieron ir «de marcha» a O Carballiño. No le apetecía mucho, pero finalmente fue y aquella decisión cambió su vida. Allí, en la Discoteca Niágara, conoció a Etelvino Blanco. «Cando me dixo o nome deume un ataque de risa», bromea Carmen al recordar aquel momento.

El caso es que se enamoraron y, aunque al principio a su padre, constructor, no le gustaba demasiado que su hija estuviese con un sindicalista, ella lo dejó todo en el País Vasco y se vino a Ourense. Lo hizo con mucha ilusión e incluso se apuntó a la escuela de idiomas para aprender gallego. Pronto descubrió que los recelos a la actividad sindical de Etelvino Blanco le traerían más de un disgusto. Empezaron siendo comentarios de más o menos gusto y problemas para encontrar empleo. En la última empresa en la que trabajó la situación se convirtió en un acoso de libro. «Chegaron a poñer no meu ordenador unha foto de Franco de fondo de pantalla», relata Carmen, que acabó despedida de malas maneras cuando tenía 57 años.

A todo ello hay que añadir el sobreesfuerzo que tuvo que hacer en casa debido a la intensísima actividad que Etelvino Blanco desplegaba al frente de la CIG, al principio casi sin remunerar. Y el trabajo se multiplicó, además, cuando llegó Noela, su única hija. «É o máis bonito que me pasou na miña vida», dice Carmen, a la que se le iluminan los ojos cuando habla de ella. «Deixoume unha filla idéntica a el», resume la orgullosa madre. Heredó de él su vena política, aunque por la vía socialista, no por la nacionalista, lo que provocaba no pocas discusiones en casa, siempre amistosas, eso sí. El cóctel de sensibilidades de izquierda lo completa la propia Carmen, que se declara simpatizante del Partido Comunista.

Noela Blanco fue diputada autonómica del PSOE entre los años 2015 y 2020 y llegó a presentarse para liderar el partido a nivel provincial, pero perdió. Desde entonces se mantiene en un segundo plano y su madre está feliz por ello: «Sei como se vive o mundo da política e pode ser durísimo. Preocupábame moitísimo por ela. Agora véxoa moito máis tranquila». Y es que Carmen probó los sinsabores de la política también cuando, en el año 2019, Etelvino Blanco decidió encabezar la candidatura de Ourense Mellor a la alcaldía. Él estaba muy enfermo entonces y su familia se lo desaconsejó: «Estou convencida de que cando enfermou foi polo estrés e coas eleccións estivo moi moi estresado. Non o beneficiou para nada».

Tal era la gravedad de la situación que acabó pasando la campaña ingresado en el hospital y tuvieron que darle un permiso especial para salir y poder votar. Fue uno de sus últimos esfuerzos, «sempre pensando en axudar os demais». Dos meses después, Etelvino falleció y Carmen sigue tratando de digerir su ausencia.

Su firma está en cientos de cocinas de la provincia

Carmen Rodríguez comenzó su carrera profesional como delineante y su primer trabajo en Ourense fue en una empresa de construcción. Ella se encargaba de las cocinas y participó en la instalación de cientos de ellas para todo tipo de clientes. Muy discreta, evita concretar nombres, pero explica que trabajó en casas de «persoas marabillosas de todo tipo de ideoloxía». La empresa cerró y su vida laboral dio muchas vueltas a partir de entonces. Ahora ya está jubilada y recuerda su trayectoria profesional con sabor agridulce.

Tras el fallecimiento de su pareja, Etelvino, y la retirada de la primera línea de su hija, Noela, ahora asiste como una espectadora más a la actividad política y sindical en Ourense, pero al terminar la entrevista aprovecha que estamos en la Praza Maior para pedir deseo, que «tralo 28M haxa un goberno progresista e que todo o mundo nos respecte cando se fale da cidade».

DNI

  • ¿QUIÉN ES? Carmen Rodríguez Rodríguez. Nació en Ourense en 1957.
  • SU RINCÓN. La Praza Maior. Es uno de sus lugares preferidos desde que visitaba Ourense en vacaciones desde la emigración. Aquí quedaba con sus amigas cuando llegaba a la ciudad.