Ourense empuja con Dani Vivian

OURENSE CIUDAD

Familiares y amigos de Vivian lo animaron desde Ourense
Familiares y amigos de Vivian lo animaron desde Ourense Miguel Villar

La cafetería de la familia del central del Athletic Club se llena en cada partido de España con especial interés por sus progresos con la selección

25 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las raíces ourensanas de Dani Vivian facilitan que la trayectoria de la selección española en la Eurocopa de Alemania sea seguida con especial interés en un rincón de la ciudad, que se llena cada vez que salta al terreno el combinado dirigido por Luis de la Fuente.

La rama gallega de la familia del zaguero del Athletic Club conserva el acento como refleja el cartel del Café Vivián. Entre otros parientes y amigos, los primos de Dani, Óscar e Igor, coincidían con sus respectivos hijos, Mateo y Lucas. Eran los que más se fijaban en las evoluciones del cinco de la selección que formó en el perfil derecho del eje defensivo, junto a Aymeric Laporte, antes de que este último dejara su puesto a Le Normand.

Para Óscar, la actuación del león renovado hasta el próximo 2032 en San Mamés se corresponde a su actuación con los rojiblancos: «Siempre es fiable y está muy concentrado. Manda en la defensa y tiene buen toque de balón, aunque algunos no lo aprecian, pero jugó más adelantado en la base y se nota cuando necesita superar líneas con el pase».

Con España ya clasificada, los prolegómenos ya habían sido festivos en la cafetería ourensana, siguiendo con la mirada las evoluciones del futbolista con antepasados en la pequeña aldea ourensana de Berrande, tanto en el calentamiento, como a la hora de saltar al terreno de juego, o al formar para el himno.

Igor hizo hincapié en su «presencia sobre el terreno de juego», aludiendo a su bien merecido apodo en la ría de Bilbao: «Por algo le llaman el teniente, es el jefe de la defensa del Athletic, no se complica la vida».

En esa misma línea se manifestaba su hijo Lucas, quien lucía una elástica rojiblanca con la firma de su pariente en el pecho: «Siempre ayuda al equipo y está muy atento a lo que sucede en el campo». Y lo dice un joven prometedor, que tras sus inicios en el Pabellón, fue reclutado por los cazatalentos del Real Madrid, que lo incluyó en una de sus plantillas de benjamines. Poco después, la pandemia alteró los planes del joven, que se vio obligado a regresar a Galicia y enrolarse en las filas del Celta.

Por su parte, Mateo —el hijo de Óscar— sigue los pasos de su progenitor y se decantó por el fútbol sala, militando en el Carballiño FS, de División de Honor juvenil. Con ellos, el resto clientes/aficionados siguieron engrasando motores al ritmo de la formación hispana. Y es que dejaban caer aquello de que «el equipo parece una familia, desprende buenas sensaciones y puede darnos muchas alegrías».

Después llegó la impaciencia, porque lo que iba para goleada se frenó un poco y el espectáculo fue decayendo el día que no había nada en juego. Cosas del fútbol.