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Veinte años de una tienda con compromiso social: aquí todo es bueno, bonito y justo

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Alba y Lara, en la tienda de Comercio Xusto en la rúa Bailén de Ourense
Alba y Lara, en la tienda de Comercio Xusto en la rúa Bailén de Ourense ALEJANDRO CAMBA

El espacio de Comercio Xusto, en la rúa Bailén, vende todo tipo de artículos de artesanía, decoración y moda

23 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado veinte años desde que la oenegé Solidariedade Internacional de Galicia abriera su primera tienda de Comercio Xusto en Ourense. El proyecto empezó en un pequeño local, de apenas trece metros cuadrados en la rúa da Paz y acabó por convertirse en lo que es hoy, un espacio que triplica esa dimensión en la calle Bailén de la ciudad. Más de cuarenta voluntarios han pasado por la tienda, que actualmente coordinan Lara Barreiro y Alba Fernández, durante estas dos décadas. «A aposta da oenegué é facer xustiza social, dar alternativas cun comercio que pon no centro ás persoas e ao medio ambiente e non os beneficios económicos», explica Lara. «O que nos aseguramos é de os produtos que fan os artigos que vendemos aquí reciben un salario e unhas condicións de traballo dignas», amplía. En la tienda de Comercio Xusto colaboran con proyectos puestos en marcha por pequeñas cooperativas de distintos países en el sur global y también con algunos artesanos locales. En su espacio puede encontrarse un poco de todo. Tienen cafés, molidos y en grano, que proceden de lugares como Bolivia, El Congo, Etiopía o Brasil; chocolates de Nicaragua, de Perú o de Costa Rica; infusiones, especias y azúcar. «Son alimentos que se producen de manera autóctona en los países de los que proceden y además aquí se consumen muchísimo, así que son una opción perfecta», dice Alba.

En Comercio Xusto venden móviles, quitamiedos, bisutería, fulares, ropa, textil para el hogar, cerámica, utensilios de madera y de coco, termos, papelería y un sinfín de ideas de decoración. «Tenemos una zona infantil y también un montón de juegos de mesa originales y cooperativos, perfectos para disfrutar en familia», afirma Alba. Esta opción es perfecta para inculcar a los más pequeños el trabajo en equipo, al mismo tiempo que se les habla de problemas globales como la reforestación y la pobreza. En la tienda de la calle Bailén venden también cosmética, desde cremas para la cara a champús y desodorantes sólidos. Los precios de los productos varían. Tienen opciones que encajan en un amigo invisible y también piezas de artesanía cuyo valor es más elevado. Cuentan además con un espacio de participación social. «Cualquier organismo o grupo puede reservarlo y utilizarlo cuando quiera», termina Alba.