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Temor vecinal en Ourense ante la reapertura de una discoteca: «No quiero volver a tener que tomar pastillas para dormir»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

La discoteca Macao (antes Fifties y Suite 212), lleva cerrada desde diciembre del año 2019.
La discoteca Macao (antes Fifties y Suite 212), lleva cerrada desde diciembre del año 2019. MIGUEL VILLAR

Los vecinos tratan de frenar la reactivación de la licencia de la antigua sala Macao, suspendida en el año 2019

14 ene 2025 . Actualizado a las 12:06 h.

El Concello de Ourense precintó a finales del año 2019 la discoteca Macao, en la calle Valle Inclán. El negocio, que en el pasado se llamó Fifties y Suite 212, lleva cerrado desde entonces para alivio de los vecinos de la zona, que denunciaban con insistencia las molestias que generaba esa actividad. Sin embargo, ahora temen por su reapertura y se están organizando para tratar de frenarla. «No quiero volver a tener que tomarme pastillas para dormir», dice uno de los afectados.

En los próximos días se celebrará una junta extraordinaria de la comunidad de vecinos que forman los portales del número 7 de la calle Ramón Cabanillas, el 3 de Valle Inclán y el 64 de Santo Domingo. Prevén contratar a un abogado después de enterarse de los trámites abiertos en el Concello de Ourense para reabrir la discoteca. De hecho, el pasado día 6 de noviembre se constituyó una sociedad con el nombre de Ourense Baila SL y su domicilio social quedó fijado en el bajo del número 7 de la calle Valle Inclán, es decir, precisamente donde está el local de ocio.

Este lleva cerrado desde hace más de cinco años, concretamente desde el 30 de diciembre del 2019. Aunque las quejas de los vecinos por los ruidos que provocaba eran insistentes desde hacía tiempo, los últimos días de la discoteca fueron especialmente polémicos. La empresa que la gestionaba entonces organizó una fiesta de Fin de Año con barra libre y permitiendo el acceso de menores. La Concejalía de Urbanismo —en aquel momento dirigida por la popular Sonia Ogando— intervino y la Policía Local acabó precintando el local. El Concello evitó así que se celebrase el cotillón, pero el motivo técnico por el que se paralizó la actividad de discoteca fue distinto. El Ayuntamiento tomó la decisión de suspender su licencia por haber realizado obras sin permiso. Sin embargo, el expediente de caducidad abierto en aquel momento no se llegó a completar y ahora podría reabrir si se hacen obras para dejar el local tal y como estaba antes de que se hiciesen los cambios cuestionados.

El abogado al que piensan contratar los vecinos afectados les asegura que eso es una ilegalidad «flagrante» y avanzan su intención de llevar el litigio hasta las últimas consecuencias si el Concello finalmente reactiva la licencia y el negocio reabre sus puertas. Temen volver a sufrir las molestias que durante años tuvieron que soportar cuando el negocio estaba en funcionamiento. «Yo tenía que tomar pastillas para poder dormir por las noches. Era insoportable», destaca uno de los afectados.

Según dice, desde el año 2019 hubo varios hosteleros que se interesaron por reabrir la discoteca, pero finalmente se echaron atrás por las dificultades para reactivar la licencia. Sin embargo, los vecinos creen que ahora ha cambiado el criterio de los técnicos municipales y que el local podrá reabrir si se hacer obras para dejarlo tal y como estaba cuando se le concedió el permiso, es decir, en el año 1982. El abogado que llevará el caso es «tajante» y, según les ha transmitido a los afectados, en ningún caso el negocio podría retomar su actividad en esas condiciones. Además de no cumplir con las normas actuales en materia de seguridad, temen volver a sufrir las molestias que provocaba, la música, pero también «las peleas, destrozos y barullo que había el entorno, sobre todo durante los fines de semana y a la hora del cierre», dice uno de los afectados.

Este periódico remitió una consulta al Concello de Ourense para saber en qué punto están los trámites para la reapertura de la discoteca, pero no hubo respuesta.

El Concello levantó el precinto de otro negocio de la zona seis días después de decretarlo

La antigua Macao es una de las muchas discotecas que en su día llegaron a funcionar en la zona centro de la capital ourensana. Un poco más adelante, en la calle Ramón Cabanillas, está la que en el pasado se llamaba Capital. Su actual denominación es Wolf Alta Gama y el pasado mes de diciembre el Concello de Ourense ordenó su precinto. Esa medida se levantó seis días después.

La decisión inicial la adoptó el 16 de diciembre el concejal de Urbanismo, Francisco Lorenzo. El Ayuntamiento tenía abierto un expediente contra la discoteca por las molestias que ocasionaba a los vecinos de la zona y ese día el edil ordenó como medida cautelar el precinto y el cierre del establecimiento hasta que los técnicos del Concello acreditasen si el local cumplía la normativa. Además, el Ayuntamiento dio un plazo de 48 horas a los responsables del negocio —gestionado por la empresa Luarmi Festa SL— para retirar de su interior los productos que considerasen necesario.

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El asunto se resolvió rápido. El 18 de diciembre, dos días después de la orden de Francisco Lorenzo, una funcionaria que es ingeniera técnica industrial elaboró un informe que sirvió de base al edil para dejar sin efecto el precinto de la discoteca, al igual que otro informe, en este caso elaborado por un jurídico el día 19. El problema tiene su origen el pasado mes de noviembre. El Concello de Ourense ordenó entonces la paralización de la actividad de la discoteca hasta que esta contase con los limitadores de sonido que exige la normativa vigente. Finalmente, tras comprobar que había cumplido con las órdenes de la Administración, pudo reabrir.