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Un vino en exclusiva para mecenas

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

PETÍN

lolita vázquez

Sampayolo lanza la primera cosecha de su garnacha da chaira do Ramiriño, elaborada en cepas centenarias de Petín que compró gracias al crowdfunding

14 jul 2016 . Actualizado a las 09:58 h.

En abril de 2015, el bodeguero valdeorrés Javier García lanzaba una campaña de micromecenazgo para reunir los 9.000 euros que le costaba una viña de garnacha centenaria en Petín. Y más de 200 personas decidieron colaborar, con aportaciones que iban desde los 20 a los 100 euros. Y de esos, alrededor de 50 se desplazaron hasta el viñedo para poner su nombre a una de las 600 cepas centenarias de la finca; gente procedente de diferentes puntos de la geografía española, pero también de Italia, Francia e incluso Brasil.

Todos ellos están estos días empezando a recibir las botellas de garnacha vella da chaira do Ramiriño de Sampayolo, bodega amparada por la denominación de origen Valdeorras. Y lo tendrán en exclusiva. Los 1.450 litros recogidos en la pasada cosecha han servido para dar forma a unas 1.970 botellas.

La escritura, en la etiqueta

Los mecenas se encontrarán una botella de estilo tradicional, con una etiqueta vintage en la que se reproduce la última escritura de compraventa (previa a la que firmó García el año pasado) de la finca, allá por 1908. El abuelo de Ramiriño la había comprado a otro señor. Además, la botella va lacrada y en una caja de madera. Y, al tratarse de una edición limitada, cada envase tiene su propio número. Para dejar claro que se trata de un producto exclusivo. «Lo que pretendíamos con la botella era dar la sensación de lo que es proyecto, la recuperación de algo antiguo, de algo que estaba aquí desde hace tiempo -explica el bodeguero-. La botella, el lacrado y la caja de madera es un poco vintage, parece más un vino clásico de Ribera del Duero, de Rioja». Pero no, es un Valdeorras.

Asegura García que muchos restaurantes se han puesto en contacto con él para hacerse con botellas. Y con gracia cuenta que a algunos hosteleros les cuesta encajar un no por respuesta. «Si tienen dinero y no pueden conseguirlo... es la forma de volverlos locos», cuenta divertido. Recomienda entonces a los posibles compradores que busquen un acuerdo con algún mecenas. «Están llamando a alguno por si cede alguna botella, pero el mecenas que tiene más botellas tiene seis, así que tampoco es una locura», recalca el bodeguero.

¿Y la próxima cosecha, llegará a los distribuidores? No, responde tajante García Arias. «De lo que se trata es de invitar al mecenas o al amigo a continuar el proyecto; con la recompensa de que si siguen confiando en el proyecto, tendrán este vino en exclusiva. En principio va a ser un vino exclusivo, solo se va a poder conseguir por micromecenazgo», resalta. La producción limitada también lo hace posible. «Hay muchos restaurante que se hicieron mecenas, y varios distribuidores, y ese restaurante y ese distribuidor van a conseguir el vino; pero no está hecho para dárselo a un distribuidor y que él lo venda», añade.

Por eso todos los colaboradores recibirán con su vino una carta invitándoles a continuar con un proyecto que comenzó hace poco más de un año con la recuperación de la finca, el abono del terreno, y las podas en verde. «Estaban las cepas prácticamente muertas y ahora tienen bastante vigor», resalta García. Después, llegó la segunda parte -en marcha este año-, la de plantación. «Allí donde no había cepa vieja, replantamos cepa de garnacha con el mismo clon de la cepa vieja -señala. Está claro que la cepa nueva no va a dar la calidad de la cepa vieja, pero el día de mañana aquí seguirá habiendo garnacha vieja».

Y mientras lanza la garnacha de 2015, en las cepas crecen ya las uvas que darán forma al vino del próximo año.

La finca. El viñedo está ubicado en una ladera en el Concello de Petín, amparado por la D.O. Valdeorras.

El estuche. Las botellas de Garnacha Sampayolo se distribuyen en cajas de madera, de una, tres o seis unidades (según si el mecenas aportó en su día 20, 50 o 100 euros).