Deniegan el indulto al hombre que mató al holandés de Petín

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

PETÍN

Agostiño Iglesias

El Gobierno se opone a que sea perdonado, como pidió el jurado

17 dic 2019 . Actualizado a las 17:54 h.

No habrá indulto para Juan Carlos Rodríguez, el hombre que el 19 de enero del 2010 mató de un disparo al holandés Martin Verfondern en la aldea de Santoalla (Petín). A pesar de que el jurado que lo declaró culpable de homicidio se mostró favorable a que se le concediera el perdón, el Gobierno no contempla esa posibilidad y acaba de denegar la petición. Se trata de una resolución recibida por las partes hace tan solo unos días y en la que no se menciona justificación alguna a la solicitud, que simplemente se rechaza.

Juan Carlos Rodríguez fue declarado culpable de homicidio a finales de junio del año 2018, tras haberse sometido a un juicio con un tribunal del jurado. Se consideró probado que había sido él la persona que había acabado con la vida del holandés dentro de su coche, tras haberse encontrado ambos de forma casual en el pueblo, pero el tribunal popular se mostró favorable a que se le concediera el indulto y, aún más, a que se beneficiaran de la suspensión de la pena de diez años y medio de cárcel que le fue impuesta.

Pero no se le otorgó ni lo uno de ni lo otro. Rodríguez, que padece una discapacidad intelectual, ingresó en prisión a finales del mes de noviembre del 2014, apenas unas horas después de haber sido detenido por la muerte del holandés, cuyos restos calcinados habían sido localizados meses antes, y de forma casual, en un paraje de A Veiga. Y entre rejas ha permanecido desde entonces si bien tras cinco años en Pereiro de Aguiar, en concreto en el módulo de enfermería, ya ha comenzado a disfrutar de algunos beneficios penitenciarios por haber superado la mitad de la pena. De hecho, ya se le ha permitido salir de permiso algún fin de semana y regresar a Petín, localidad en la que reside su hermano Julio, quien a pesar de haber sido conocedor del crimen desde el primer momento y de haber contribuido a su ocultación durante cuatro años, salió libre de cargos.

Las disputas entre las dos únicas familias residentes en Santoalla fueron el germen del crimen de Martin Verfondern, que se había instalado en esa localidad, junto con su mujer, en el año 1998. Ella, Margo Pool, es ahora la única vecina de esta pequeña aldea. El hombre que mató a su marido no podrá regresar allí hasta, al menos, el año 2029.