Lleva tres en un mes y son numerosos los de los últimos años entre Ourense y Os Peares
10 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Las deficiencias que presenta la nacional 120 en cuanto a seguridad por el peligro de desprendimientos -hubo dos seguidos el pasado fin de semana y otro anterior el 15 de marzo- obligarán al Ministerio de Fomento, titular de la vía, a realizar alguna obra en la zona para evitar problemas de este tipo.
Desde el domingo está cerrado carril izquierdo, en sentido Monforte, después de que hubiese nuevos desprendimientos, tras el gran derrumbe de un talud en la mañana del sábado, que obligó a cortar la nacional durante media jornada. La normalidad restablecida para el tráfico, después de la actuación de maquinaria para retirar las piedras caídas, duró solo unas pocas horas ante el nuevo incidente del domingo. Tráfico tomó la medida de cortar el carril, señalizar el peligro y regular el paso alternativo para cada sentido con un semáforo. El sábado una persona resultó herida, leve, a consecuencia del derrumbe del talud y dos vehículos sufrieron daños.
Pero es una solución provisional, aunque puede durar algún tiempo, a la espera de que el departamento responsable del estado de la carretera decida qué se hace para garantizar la seguridad del tráfico que circule por la zona. La nacional 120 ha tenido otros problemas similares en los últimos años, particularmente en el tramo comprendido entre Ourense y Os Peares. Este periódico se puso ayer en contacto con el Ministerio de Fomento, pero aún no se comunicó qué medidas se adoptarán.
Las intensas lluvias de este invierno han afectado a la vía a la altura del cruce de Penalba, en el kilómetro 555,1, pero ya hace dos años hubo desprendimientos más cerca de la capital ourensana, en el kilómetro 563, y fue necesario cortar la calzada en sus dos carriles y habilitar, como el sábado por la mañana, un desvío por la antigua nacional. Fue un punto que ya registró problemas en el complicado año 2011, cuando la carretera llegó a tener hasta cuatro derrumbes en nueve meses. Más recientemente, en diciembre pasado, la nacional sufrió desprendimientos a su paso por Rubiá.
Mallas, muros de contención, vallas y señales son las medidas adoptadas en otros puntos
En parte de las laderas que caen sobre la N-120 y que están afectadas por riesgo de derrumbe por la tipología de la vía, se decidió colocar mallas metálicas de protección de los taludes. Sin embargo, dados el tamaño y peso de las rocas caídas el pasado sábado esta malla no resistió y se desgarró por la potencia del derrumbe. Señalización vertical avisando del peligro de desprendimientos, construcción de muros para la sujeción o colocación de vallas metálicas de separación de la calzada respecto de los taludes son otras medidas adoptadas a lo largo de esta carretera. Sin embargo, la fuerte pendiente de su ladera, con rocas sobresalientes hace que en varios tramos de la nacional se presente un problema similar.
Es la carretera más problemática en este aspecto. Para el club RACE, el tramo que discurre por Lugo y se adentra en Ourense entre los kilómetros 535 y 549, está entre los diez más peligrosos de España.
Pero no es la única que sufre desprendimientos. La escarpada orografía ourensana y gallega hace que esta situación se dé en otros puntos. En la carretera de Celanova (OU-540) también hay ahora un derrumbe, aunque no afecta a la circulación, ya que la caída de piedras ocurrió sobre la cuneta. Este año, la carretera de San Vicente, en Valdeorras, ha sufrido de nuevo problemas en una de sus laderas. También en la comarca pizarrera, en Rubiá, hubo que cortar el mes pasado la carretera OU-622, en el límite de la provincia de Ourense y León, y desviar el tráfico a causa de unos desprendimientos sobre la calzada.