El Concello de San Xoán de Río celebró el Día de la Mujer Rural homenajeando a la de mayor edad y a la más joven
16 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Isolina soplaba en marzo 104 velas en su tarta de cumpleaños. ¡Ahí es nada! Dos meses más tarde nacía Daniela, que ayer miraba atenta a todo lo que sucedía a su alrededor y sonreía ante los besos de Isolina, que no dejaba de destacar lo guapa que es la pequeña mientras pedía que le hablasen alto, que el oído no es lo que era. Ellas fueron las protagonistas ayer, en el acto organizado por el Concello de San Xoán de Río para conmemorar el Día de la Mujer Rural. Isolina y Daniela acudían representación de todas, de todas las que ya fueron, de todas las que son y de todas las que vendrán; fundamentales para que Río tenga pasado, tenga presente... y se le antoje largo futuro.
Isolina Bergantiños López es la vecina de más edad de Río. Lleva años viviendo en la localidad, después de una larga vida que la tuvo por varios destinos. Nacida en el seno de una familia con once hijos de Casares (en el Concello de Castro Caldelas), la vida junto a su marido la llevó a recorrer España. Él era afilador, así que, de feria en feria, llegaron hasta Linares (en la provincia de Jaén), donde decidieron instalarse. Allí abrió Isolina su tienda, que mantuvo hasta la jubilación.
Ya retirados, el matrimonio decidió regresar a casa, y en Casares siguieron residiendo hasta que la salud del marido (ya fallecido) falló y se mudaron a la residencia. Isolina ocupa ahora su tiempo participando en las clases de gimnasia y recordando viejos tiempos. Y no tan viejos. Hasta los 100 años todavía cosía, y puede contar con detalle cómo fue aquel primer sujetador que se hizo a sí misma, o lo mucho que le gustaba el ganchillo. No esconde, además, que la edad no está reñida con ser coqueta, así que le gusta mucho arreglarse y no escatima tiempo ante el espejo para verse bien.
Daniela González Rodríguez es la vecina más joven, la que garantiza que habrá largo futuro en Río. La pequeña, de apenas cinco meses, vive en Torre Vella, el pueblo de su padre. Su madre es de A Pousa, a unos kilómetros, aunque pasó parte de su vida en Bilbao hasta que hace unos quince años decidió volver a Río. El joven matrimonio decidió quedarse, garantizar el futuro del municipio y criar en Río a sus hijos (tienen un niño que ayer se perdió el acto por estar en el cole). Ellos apostaron por el rural, y por hacer de Daniela una mujer rural del futuro.
Los vecinos, presentes
Isolina y Daniela fueron las protagonistas de un acto que se celebró en el salón de plenos, que estaba abarrotado. Entre el público había algunos familiares de la más pequeña y, sobre todo, muchos de los compañeros de residencia de Isolina. El geriátrico está a apenas unos metros del edificio municipal, así que los mayores quisieron acompañar a su vecina en el acto. Había varios hombres, pero las mujeres eran mayoría en el grupo, que acudió acompañado de varias trabajadoras del centro.
Al despedirse, el deseo de que Isolina siga siendo la mayor en un año, y Daniela, en cambio, deje de ser la más pequeña porque haya más bebés.