Los residentes aseguran que el caso de Guadalupe Ferreira, que denuncia amenazas, no es único en el barrio
08 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Vecinos de las calles del casco viejo de Verín en los que se han producido actos vandálicos durante los pasados meses pedirán una entrevista con integrantes del grupo de gobierno municipal para exponerles su malestar por la inseguridad en la zona. Estos lugareños insistieron ayer en que casos como el de la anciana Guadalupe Ferreiro, acosada por un grupo de gamberros, no se pueden consentir.
Los lugareños comentaron que esos actos incívicos se centran en las calles Viriato y Pozo en la plaza del Corregidor, pero que también hay otros problemas en el casco histórico. «Tenemos problemas con ruidos durante todas las noches de los fines de semana en zonas como la Alameda. No son cuestiones ocasionales, sino que vienen de tiempo atrás», denunció ayer uno de los residentes en el barrio.
Los vecinos critican que no se atendiera su petición de más vigilancia en las calles del centro a pesar de que han transcurrido dos meses desde que la presentaron en el Concello. En aquel momento se presentaron cerca de un centenar de firmas urgiendo más presencia de agentes.
El ejecutivo de PSOE y BNG, por su parte, insistió ayer en que no era cierto que no se hubiera prestado atención a ese documento de protesta. El bipartito insiste en que en las reuniones de las juntas locales de seguridad se constató que no había una cantidad importante de denuncias por parte de los residentes de ese lugar ni un número significativo de altercados en ese punto de la villa. Varios de los afectados, por su parte, alegan que hay personas que tiene miedo a denunciar ante posibles represalias de los vándalos o de individuos marginales que se encuentran en ocasiones en la zona vieja verinense.
Ayer la situación se hizo pública al darse a conocer la situación de Guadalupe Ferreiro, una octogenaria a la que los vándalos acosan con frecuencia. La mujer denunciaba en La Voz que hace meses que su vida es un infierno. En la puerta de su casa han aparecido pintadas en varias ocasiones, alguna que otra vez le han roto los cristales y la semana pasada unos chavales llegaron a agredirla. «Calquera día entran e mátanme, teño moito medo», decía.