El cañón de Bibei, minas romanas y termas dibujan el paisaje de Viana do Bolo

VIANA DO BOLO

La rica arquitectura es uno de los reclamos de una localidad rodeada de naturaleza
23 oct 2023 . Actualizado a las 14:36 h.En tiempos había un castillo. Ya no puede verse, fue uno de los muchos derruidos durante las Revoltas Irmandiñas, pero aún así Viana do Bolo conserva la solemnidad de ser un espacio con historia. Su pasado señorial sigue presente en buena parte de su arquitectura, no solo la que mantiene recuerdos feudales, sino también en la civil.
El casco urbano está situado en un pequeño promontorio, rodeado por uno de los brazos del embalse de O Bao (en el corazón del río Bibei) y coronado por la Torre del Homenaje, que es lo que queda en pie de la antigua fortaleza medieval. Fue construida alrededor del año 800 y reformada varias veces. En 1949 fue declarada Monumento Histórico-Artístico.

En el ascenso hasta el lugar, llamado Cabo da Vila, el visitante pasa por la praza Maior, el epicentro de la vida local. Es un espacio rodeado por edificios barrocos con soportales (un recurso arquitectónico único en el oriente ourensano), pináculos, gárgolas y balconadas que coexisten con galerías acristaladas. Destaca también, en uno de los laterales de entrada, un edificio con frontón semicircular. No hacen falta nociones de arquitectura para saber que se trata de una construcción singular en la que seguro el visitante echará un rato mirando. Y con simplemente darse la vuelta, la vista se topa entonces con el pazo que hay del otro lado de la plaza.
Pero no solo hay construcciones singulares en el casco urbano. En las parroquias hay también varios pazos interesantes, aunque de propiedad privada, por lo que solo pueden disfrutarse desde el exterior. Están los de Umoso o Grixoa, así como los de Punxeiro y Fradelo.

Mucha naturaleza y lindando con Zamora
El extenso territorio que compone Viana —con más de 271 kilómetros cuadrados (que lo convierten en el segundo concello más extenso de la provincia de Ourense, solo superado por el vecino municipio de A Veiga) — está dibujado por montañas y valles. Eso le ha valido para ser bautizado por el sobrenombre de Maxia Verde de Galicia. Gran parte del territorio es zona protegida por su riqueza natural. En Viana está también parte del Macizo de Pena Trevinca, incluido en Red Natura 2000, que forma la frontera natural con la provincia de Zamora. Es, por tanto, el municipio perfecto para echarse a andar, siguiendo senderos o también algunas de las rutas señalizadas. Hay propuestas para los expertos, con el monte raso y las cumbres como destino; y otras más asequibles disfrutando entre soutos de castaños.
El embalse y el cañón del Bibei
A los pies del casco urbano está el embalse de O Bao, en el río Bibei, que sigue el curso hasta Montefurado para morir en el Sil. Esconde un profundo valle encajado, un cañón majestuoso que puede verse desde diferentes puntos de la carretera que une A Rúa con A Gudiña. Colgados en sus laderas están el santuario del Pai Eterno y la iglesia románica de Vilaseco. El embalse es además el lugar perfecto para disfrutar de la pesca o de los deportes náuticos. En los meses más secos, con la bajada del caudal, pueden verse los restos de las antiguas construcciones que había en la zona y que quedaron sumergidas bajo el agua tras la construcción de la presa.

Minas romanas
En la parroquia de Caldesiños están las minas de As Borreas, que los romanos explotaron para sacar oro. Son fácilmente localizables a kilómetros de distancia por el característico color rojizo del terreno que fue excavado para poder extraer el preciado metal.
Entre los vecinos hay quien se refiere a esa zona como As Telleiras, ya que también sirvió para extraer arcilla para fabricar tejas en los años sesenta del siglo pasado.

Las aguas sulfurosas de Bembibre
En la parroquia de Bembibre hay una fuente termal de aguas sulfurosas. Sus beneficios para la salud, en especial para el tratamiento de enfermedades dermatológicas y problemas respiratorios, llevaron al médico José Manuel Armesto a impulsar un balneario. Abrió sus puertas en 1896 y su éxito fue tal que con el tiempo incluso se construyó también un hotel en la misma finca. Cerró en 1958, aunque la construcción sigue en pie y la fuente termal continúa brotando.

El rico patrimonio religioso
Viana cuenta también con un amplio catálogo de construcciones religiosas que merecen una visita. Destacan las iglesias de Santa María en Pexeiros, San Andrés en Bembibre, San Cibrao en Touza, San Julián en Louzaregos, San Marcos en Punxeiro, San Pedro en Grixoa, San Sebastián en Pradorramisquedo o Santa María en Pinza. Varias de ellas están rodeadas por el cementerio de la parroquia en la que se asientan, cuyos panteones a veces impiden la visión completa de la fachada hasta que el visitante está justo ante la puerta.