Artistas como Prieto Nespereira, Xaime Quessada o Julio Tizón o particulares han optado por esta vía
25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Concello de Ourense y Miguel Ángel Faílde daban a conocer esta semana el acuerdo por el cual el Concello exhibe, para disfrute de los ciudadanos y de las personas que se acercan a realizar gestiones a la institución, dos esculturas de los años 70 realizadas por Antonio Faílde. La cesión temporal, o la donación en otros casos, son las opciones más barajadas en este tipo de situaciones. En el caso de la ciudad ourensana, el legado incorporado por estas vías figura incorporado de forma preferente al patrimonio y los fondos que Concello y Deputación de Ourense tienen a disposición de los ciudadanos.
Los casos más recientes, exceptuando el de esta semana, están vinculados con el trabajo de Manuel Prego de Oliver. La ciudad acogió durante meses las exposiciones organizadas para conmemorar el centenario del nacimiento del artista. Entre las piezas que se mostraron al público en el Centro Cultural José Ángel Valente estuvieron dos murales recuperados por iniciativa privada: los que se exhibieron durante décadas en los desaparecidos Hotel Parque y Cine Mary. En ambos casos fueron cedidos temporalmente al Concello de Ourense, por el empresario José Luis Suárez y la familia Amor respectivamente. La institución municipal también atesora el legado de Julio Prieto Nespereira. Hasta la reforma del Museo Municipal de Ourense la colección ocupaba la última planta del edificio. El gravador donó el material a su ciudad natal, incorporándose más material tras el fallecimiento de la hija del artista.
Uno de los creadores que se prodigó en esta materia fue Xaime Quessada, y suyo es el gran mural que se exhibe en la entrada a la sala principal del Auditorio de Ourense.
En el caso de la Deputación de Ourense, la institución cuenta con la colección de Julio Tizón: más de un centenar de obras que le dejó el artista natural de Cea al organismo provincial. También cuenta la entidad con la cesión de piezas sueltas de artistas como Héctor Francesh o Rubén Fernández Castadón.
Depósito de Vilamarín
El caso de la colección Quessada que se muestra en Vilamarín es diferente. El artista y la institución firmaron en su día un convenio, por cinco años, para exhibir las piezas en el pazo. La enfermedad del artista y su fallecimiento fueron aplazando la renovación o un acuerdo alternativo. El legado pasará a otro lugar, ya que ahí estará el futuro Museo da Emigración.