No pagar dos carreras a una taxista le saldrá caro: un juzgado de Ourense le impone un año de cárcel por estafa
VILARIÑO DE CONSO

El acusado firmó un documento para engañar a la profesional y convencerla para que hiciera los desplazamientos
27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.No fue solo que no tuviera dinero para pagar el desplazamiento, sino que sabiendo que no iba abonar el coste del viaje, engañó a la taxista para que lo llevara. En la constatación de ese ardid se basa el argumento con el que la magistrada del Juzgado de lo Penal 1 de la capital ourensana ha condenado a un hombre a una pena de un año de prisión. Considera que su conducta al no pagarle dos carreras a una profesional fue constitutiva de un delito de estafa, ya que llegó a firmarle un documento en el que se comprometía a abonarle el coste del viaje, pese a que nunca tuvo intención de hacerlo.
Así lo recoge la sentencia, sobre la que cabe recurso, que se retrotrae al mes de abril del 2020. El día 3 el acusado, Marino G. A., contactó con una taxista para que lo llevara desde Vilariño de Conso hasta la localidad pontevedresa de Vilariño de Hío, un trayecto de 248 kilómetros. Al llegar al destino, el cliente abonó a la profesional los 310 euros del trayecto. Todo quedó bien entre ellos ese día, si bien no ocurrió lo mismo en el trayecto de regreso hasta la provincia de Ourense, que tuvo lugar el 17 de abril. Esa jornada, según recoge la resolución, la profesional se desplazó hasta Pontevedra para recoger al cliente y llevarlo de vuelta a Vilariño de Conso, pero cuando se encontraban a la altura de A Gudiña el acusado le pidió a la profesional que parara porque tenía que ir a un cajero automático para sacar efectivo con el que pagarle. Al llegar al destino, empezó con las excusas. Le dijo a la taxista «que no le habían ingresado un dinero» y que no podía abonarle sus servicios, pero no contento con dejar así las cosas, le pidió a la profesional que lo llevara de vuelta a Vilariño de Hío al día siguiente, ya que una vez allí «le pagaría los dos viajes».
Le ofreció garantías
Ella, desconfiando, se negó a aceptar la propuesta, pero el cliente insistió. Le garantizó que le abonaría los dos viajes e incluso le dijo que, para que ella se fiara, estaba dispuesto a firmarle un documento en el que se comprometía a hacer el desembolso. En estos términos, la taxista aceptó. Ambos acordaron, por escrito, que Marino abonaría los dos viajes antes del 30 de abril y el cliente pudo regresar a Pontevedra, pero nunca cumplió su promesa y la profesional, tras muchos intentos fallidos de cobrar, acudió a los tribunales.
Hubo engaño
Ahora le dan la razón. «El engaño urdido por Marino fue lo que llevó a la taxista a prestar el servicio que, a día de hoy no ha cobrado, a pesar de los reiterados requerimientos realizados en este sentido», recoge la sentencia, en la que se consideran que se cumplen los requisitos necesarios para el delito de estafa. «Nos encontramos ante la modalidad denominada negocio jurídico criminalizado», describe la magistrada que advierte que «antes de concertar el segundo y tercer viaje en taxi, el acusado conocía que no iba a abonar el trayecto». Le impone una pena de un año de prisión y, como no, la obligación de abonar las dos carreras, por importe de 620 euros.