Una argentina abre en Xunqueira de Ambía un taller de cerámica: «En mi país la inflación no me permitía trabajar»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA OURENSE / LA VOZ

XUNQUEIRA DE AMBÍA

ALEJANDRO CAMBA

Sara Carbajal está recién asentada y dará clases todas las semanas y hace encargos personalizados: «Nos gustó mucho el pueblo para nuestros niños»

28 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Xunqueira de Ambía tiene desde este sábado un taller de cerámica con clases permanentes. Lo inaugura Sara Carbajal, una argentina que llegó casi sin querer al municipio ourensano hace cuatro meses y se lanzó a continuar en el rural con el oficio del que vivía en su país. «Allí la inflación no te permite trabajar», asume. En un principio, esta artesana se iba a mudar junto a su marido a Valladolid. Una empresa de mecánica de camiones había contratado a distancia a su pareja ante la falta de profesionales. Sin embargo, el matrimonio no consiguió encontrar piso en la ciudad castellana y les surgió una oportunidad de vivienda y empleo en Xunqueira de Ambía. «Nos gustó mucho el pueblo para nuestros niños», asume. Sara lleva toda la vida dedicada a la cerámica. En Argentina tenía un taller con 60 alumnas y además elaboraba piezas personalizadas. «En el Ayuntamiento me dijeron que aquí hacía falta un espacio para actividades artesanales sobre todo en inverno así que me animé a comprar el horno y las herramientas para continuar aquí con mi carrera», cuenta Sara. El gobierno local le cedió un local en la parte trasera del polideportivo y este sábado inaugura el taller. Dará clases dos días a la semana, los miércoles y los viernes, con una duración de dos horas. «La gente ya me estaba pidiendo que también lo hiciera los sábados, para los que no pueden venir por motivos laborales», dice animada.

La artesana descubrió todo un mundo cuando vio la gran tradición de cerámica de la provincia, acercándose hasta Niñodaguia o Baños de Molgas. En su caso, aporta un estilo mucho más personal. «Hago decoración, vajilla, centros de mesa, tazas, todo piezas personalizadas, nunca elaboro nada en serie», apunta. En sus clases tendrán protagonismo este tipo de objetos y están destinadas a personas con cualquier nivel de conocimientos sobre cerámica: «Es algo más bien terapéutico, para pasar un rato lindo y llevarte a casa creaciones hechas con tus propias manos, que tiene un valor especial». En su ciudad de origen asegura que la cerámica artesanal seguía teniendo un gran éxito. Los encargos no le faltaban, pero dar clases se había convertido en algo insostenible por el alza de los precios. «Acababa trabajando de gratis», asume. La argentina está contenta por la estabilidad económica y también por la buena acogida que ha tenido en el concello, con un ritmo de vida mucho más tranquilo. Y especialmente la de sus hijos en el colegio, ya que además uno tiene diagnosticado autismo selectivo: «Los están ayudando un montón, era muy importante que los niños estuvieran aceptados».