Una profesora ourensana cumple su sueño de abrir una juguetería educativa en la ciudad

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

XUNQUEIRA DE ESPADANEDO

Tania posa con algunos disfraces infantiles de La Jungla
Tania posa con algunos disfraces infantiles de La Jungla Miguel Villar

Tania de Dios acaba de dar vida a La Jungla, una tienda que nace en donde hasta ahora estuvo la mítica 1, 2, 3... escondite inglés

09 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Tania de Dios (Xunqueira de Espadanedo, 1992) estudió Magisterio por vocación. Mientras preparaba las oposiciones se quedó embarazada y sus planes cambiaron por completo. Un día vio una oferta de trabajo para la juguetería 1, 2, 3... Escondite inglés, situada en un pequeño local de la calle Valle Inclán de Ourense, y se postuló. «Tenía claro que quería dedicarme a algo relacionado con el mundo educativo», cuenta. La cogieron para el puesto y trabajó en la tienda durante año y medio. Exactamente hasta la Nochevieja del 2023, cuando el negocio ourensano cerró. «Mi familia y mis amigos me animaron a coger el local y, después de darle muchas vueltas me animé a hacerlo», dice Tania. Así surgió La Jungla, una juguetería educativa que abre sus puertas este viernes.

El negocio es una muestra de su pasión, la educación infantil. Y también está muy relacionado con su hijo Enzo, de casi tres añitos. «Tenemos juegos que ayudan al crecimiento y al aprendizaje de los pequeños, de una forma divertida y sana», afirma la ourensana. En La Jungla tienen opciones para trabajar las destrezas manuales, la psicomotricidad fina, el lenguaje, la memoria... «Escogí este nombre porque me encantan los animales y porque en la jungla conviven multitud de especies. Esa diversidad se refleja también en los niños y en su aprendizaje. Mientras un juguete puede ayudar a uno a desarrollar una destreza, a otro le animará a potenciar otra», afirma. En su negocio Tania vende de todo, desde puzles a triciclos, pasando por juegos de mesa y hasta sonajeros de madera y de otros materiales naturales. Ahora tiene también disfraces. Los hay para bebés y para niños de hasta ocho años. «Lo que proponemos son muchas opciones para que los peques crezcan divirtiéndose, sin emplear el método tradicional que consiste en imponer. Con el juego logramos cumplir objetivos», afirma.

La ourensana está feliz de haber conseguido llevar a cabo su proyecto. «Este era mi sueño y verlo en pie es algo muy bonito. Estoy muy agradecida a toda la gente que me rodea, desde mi chico, que me ha ayudado con todo, a mis vecinos de Esgos (donde vive actualmente), que no paran de animarme», dice.