En abril puede convertirse en representante de 62.000 universitarios sénior de España
06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Marina Troncoso está al frente de la Asociación del Programa Universitario de Mayores de Vigo y es vicepresidenta primera ejecutiva de la confederación a nivel estatal. En abril concurrirá a las elecciones a la presidencia de esa confederación con muchas probabilidades de salir elegida.
-Supongo que estar al frente de los universitarios mayores de España es todo un reto.
-De momento me voy a presentar, pero es cierto que impresiona, es un reto y mucha responsabilidad representar a 62.000 alumnos.
-Si sale elegida, ¿qué objetivos se marcará?
-Contactar con organismos y entidades para que los programas universitarios no sean un pequeño apéndice, que se integren más y tengan mayor dinamismo, que se adapten a cada universidad con los cambios demográficos que tenemos.
-¿A qué edad se puede incorporar una persona a estos programas?
-Es para mayores de 55 años. Yo empecé a los cincuenta y tantos. Cada vez hay más gente que se prejubila y que no quiere acabar sin hacer nada, optan por seguir aprendiendo. Lo que empezó casi como un servicio social ahora son programas serios, de calidad y excelencia. Los alumnos debemos ser tratados como tal, pagamos matrícula y nos adaptamos al plan Bolonia.
-¿Tienen una sede?
-Aún no tenemos un espacio propio en la Universidad. En Vigo nos prestan aulas en Empresariales. Estamos muy bien porque es más cómodo estar en la ciudad, pero dependemos de lo que nos digan: está se puede usar, esta no... Por ejemplo, en A Coruña tienen un edificio propio y funciona muy bien. Son 1.800 alumnos.
-¿Y en Vigo?
-En la Universidad de Vigo somos 600 entre los tres campus.
-¿Cómo se pueden subsanar esas desigualdades?
-Pretendemos hacer fuerza para que desde el Ministerio de Educación y las universidades se lo tomen como un proyecto de innovación y con futuro. Dentro de diez años todos los mayores de 55 años serán titulados universitarios, querrán volver a mejorar mucha cosas y tiene que ofrecer una oferta seria y de calidad. En Vigo aún se hace bastante bien, pero en otras se lo toman como si fueran solo clases sueltas.
-¿Pagan matrícula?
-Hacemos reserva, pagamos matrícula y vamos a clase. Estamos en contacto con el Imserso, aunque aquí lo lleva la Consellería de Política Social.
-¿Qué títulos obtienen?
-Cada universidad tiene su título propio. La de Vigo, con los tres primeros años te da el de graduado universitario sénior y cuando haces la especialidad obtienes el de graduado universitario sénior superior.
-¿Qué porcentaje de alumnos tienen estudios universitarios?
-Más de un sesenta por ciento. Casi todos los que están ahora son titulados universitarios. En su día, con la crisis de Caixanova vinieron muchos al programa. Economistas, licenciados en Derecho... En la junta directiva tenemos ingenieros, abogados, un comisario de policía licenciado, una secretaria de dirección, una licenciada en idiomas... Es un nivel académico muy alto. Cada vez vienen más titulados.
-¿Cuál es la media de edad?
-En torno a 68 años o algo más. Cuando fueron los despidos en la banca hubo muchos de 55, ahora ya no. Los hay de 65 que vienen al jubilarse y de casi 90. Tengo una compañera que creo que tiene 86 años.
-Y por sexos, ¿cuál predomina?
-Antes predominaban con diferencia las mujeres, ahora se está equilibrando, aunque aún son más, pero con menos diferencia que hace cuatro o cinco años.
-¿Tienen relación con los alumnos de la educación reglada?
-Sí. En las asignaturas que compartimos en el campus hacemos trabajos conjuntos con los alumnos de grado. Somos grupos de cuatro. Uno o dos mayores y los otros, jóvenes. Es una experiencia bárbara. Ellos saben de unas cosas y nosotros de otras, de cómo preparar el trabajo, de cómo presentarlo. Hice trabajos de cine con ellos y, la verdad, estaban encantados.
-¿Tienen actividades extraacadémicas?
-Sí y uno de los objetivos es completar las carencias del programa universitario. La asociación de Vigo tiene cinefórum los miércoles para los socios, talleres de lectura, salidas culturales, conferencias... Todas las universidades tienen porque los programa están un poco cojos. El objetivo es que esas carencias las cubran las universidades. Una de las grandes reivindicaciones de la confederación nacional es que se reconozca a los universitarios mayores como alumnos de pleno derecho. Lo intentamos en Vigo y no les pareció adecuado. En Navarra forman parte del consejo, votan. No son de segunda, como en Vigo.
-Supongo que además de la parte académica, también servirá para hacer amistades.
-Por supuesto, se hacen muchísimas amistades, preparas los exámenes en casa de uno y de otro. Es como la vida de un universitario, pero no nos dedicamos a ello todo el día. Por ejemplo, es fantástico para las personas que se quedan viudas. Empiezan a socializar. Lógicamente hay unos más afines que otros, como en cualquier ámbito de la sociedad.
-¿Qué le empujó a embarcarse en este programa?
-Me metí con 58 años, cuando decidí cerrar las tiendas de muebles y decoración por la crisis. Mis hijas no seguían con el negocio y fue un acierto, encaminas otra vez tu vida hacia algo. Ahora ya estoy en la segunda fase y acabo de cumplir 65 años. Elijo asignaturas: Derecho, Biología.... Voy al campus. Es fantástico, te relaciones mucho.