Doctor en Historia, defiende que «un yihadista y un extremista cristiano, a lo mejor tienen cosas en común»
26 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Analizar cómo los cómics reflejan el mundo árabe e islámico sin perder la perspectiva de los derechos humanos es el objetivo de un curso que arrancó este lunes en la UNED de Pontevedra con Jesús José Blanco Rosas, doctor en Geografía e Historia por la Universidad de Santiago de Compostela. «No soy un experto en cultura árabe y lo pongo por delante porque probablemente voy a tener que aprender mucho yo también», reconocía instantes antes de la sesión inaugural.
-¿Desde que perspectiva se van a analizar los cómics?
-Hay diversas modalidades que se van a abordar en el curso. Primero, cómo se ve reflejado el mundo islámico por el cómic occidental. Nos podemos encontrar desde El Guerrero del Antifaz hasta a Frank Miller. En algunos casos, hay connotaciones islamofóbicas, pero en otras, todo lo contrario. Es muy interesante. Pero también hay relatos muy realistas, como el de Joe Sacco en obras como Palestina: en la franja de Gaza. En días posteriores, veremos autores islámicos que vinieron a Europa emigrados, muchos de ellos se asentaron en Francia donde hay un colectivo muy importante, L’Association (La Asociación). Es donde publicaron autores de la talla de Marjane Satrapi y su Persépolis. Son emigrados, algunos casi exiliados, que empezaron a mostrar su propia visión del mundo islámico.
-¿Cómo las viñetas pueden contribuir a la defensa de los derechos humanos?
-En el curso realizamos una mirada en conjunto realizando un recorrido por países. En cada uno cogemos alguna obra que tienen como punto de unión un cierto activismo por los derechos humanos. A veces se transmite una visión por parte algunos medios o determinados colectivos que todo en el mundo islámico es yihadismo o terrorismo. Por el contrario, es un universo muy complejo y hay muchos colectivos que luchan en favor de los derechos humanos y que utilizan el cómic para difundir sus ideas.
-¿Estamos hablando entonces de emplear el cómic como elemento docente?
-Exactamente. El curso, entre otros colectivos, está dirigido a profesores para que puedan impartir en las aulas contenidos contra la islamofobia o para fomentar la convivencia entre culturas.
-¿En las obras, llamémoslas, occidentales se tira demasiado a menudo del estereotipo?
-Es muy fácil caer en clichés cuando las posiciones son extremas. Hay un cómic de Frank Miller, Holy Terror, que ofrece un relato tan belicista que no hizo justicia con todo lo que son los colectivos islámicos que residen en Estados Unidos. Y por el contrario hay otros, como los que realiza Marvel, que presentan esta cultura con respeto.
-Excepto algunos casos muy contados, los autores árabes son muy poco conocidos.
-Sí, aunque gracias al trabajo que realiza L’Association son un poco más conocidos en Europa. Vivimos en un mundo dominado por las dos grandes franquicias, Marvel y DC, que prácticamente el mundo de los superhéroes lo inunda todo. En España tenemos nuestros propios iconos, como Mortadelo y Filemón, u obras muy realistas como las que realizaba Carlos Giménez en Paracuellos. Los cómics que se realizan dentro de los propios países árabes y que no tienen ninguna difusión occidental pueden ser todo un descubrimiento.
-Hablar de islamismo y cómics, inevitablemente lleva a las caricaturas de Mahoma...
-De hecho, hacemos alusión al caso de Charlie Hebdo. Me recuerda a lo ocurrido con el Papus y el atentado que sufrió por parte de extremistas hispánicos, fascistas... Entre un yihadista y un extremista cristiano, a lo mejor tienen muchas cosas en común.