Condenado un recluso que fabricó dos puñales con trozos de un cristal de seguridad

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

RAMON LEIRO

A través de los barrotes de la celda sacó los cristales amenazando con los mismos a los funcionarios

08 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un recluso del centro penitenciario de A Lama, Francisco Valenciano Durán, acaba de ser condenado a tres años de prisión como autor de un delito de atentado por el violento episodio que protagonizó la tarde del 21 de julio del 2018.

Con numerosos antecedentes penales a su espalda, aquel día se encontraba en un celda de aislamiento después de haber protagonizado un incidente previo en la prisión pontevedresa, donde cumplía condena. De este modo, en torno a las dos y media de la tarde, rompió el cristal de seguridad de la ventana de esta celda para, acto seguido, fabricarse con los trozos dos puñales de unos 35 centímetros de largo.

A la vista de lo que estaba ocurriendo, varios funcionarios se desplazaron hasta estas dependencias de la cárcel. Pero ni por esas el acusado cesó en su comportamiento agresivo y, de hecho, «a través de los barrotes de la celda sacaba los cristales amenazando con los mismos a los funcionarios conminándolos a que se enfrenten a él, al tiempo que realizaba posturas de kárate y boxeo para intimidarlos», refiere la sentencia que acaba de ser confirmada por la Audiencia de Pontevedra.

La resolución judicial recoge, asimismo, que esta situación se prolongó durante más de una hora hasta que consiguieron trasladarlo a otra celda de aislamiento.

Durante la vista oral, Valenciano Durán reconoció haber roto el cristal de la ventana de la celda de aislamiento y haber cogido los pedazos, pero negó haber intentado agredir a los empleados penitenciarios. En su lugar, sostuvo que actuó de la manera en que lo hizo porque «estaba intimidado, ya que iban contra él veinte funcionarios con porras, cascos y armados, cogiendo los cristales más para defenderse que para atacar».

Esta versión es, sin embargo, tachada de «inverosímil», ya que no existe « razón alguna para que veinte funcionarios así armados fueran a por un preso que estaría en estado pacífico en una celda de aislamiento».