Doce funcionarios de la prisión de A Lama agredidos en los últimos seis meses

Alfredo López Penide
López Penide A LAMA / PONTEVEDRA

A LAMA

CEDIDA

Estiman en más de setenta las plazas sin cubrir en la cárcel pontevedresa

16 ago 2021 . Actualizado a las 13:02 h.

El pasado 5 de agosto, según denuncian desde la asociación de funcionarios de prisiones Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), un interno del módulo de aislamiento del centro penitenciario de A Lama agredió a tres funcionarios y a un Jefe de Servicios. De este modo, ya son una docena los funcionarios de la prisión pontevedresa los que han sufrido un ataque o lesión en apenas seis meses por parte de algún recluso.

Así, el primero de los episodios violentos, del que dieron cuenta en su día las centrales sindicales -CC.OO., ACAIP-UGT, CSIF, CIG y ATP- se produjo el 12 de febrero cuando un preso, durante un cacheo, se enfrentó contra cinco empleados públicos. Finalmente, y una vez reducido el interno, los funcionarios penitenciarios fueron atendidos en la enfermería del centro, si bien, posteriormente, fueron derivados a un centro hospitalario.

El 1 de junio, el protagonista del incidente fue un interno, al parecer, con problemas de salud mental y tres trabajadores resultaron con lesiones. Todos sufrieron «lesiones de importancia», remarcaron desde las centrales: a uno el preso le propinó dos puñetazos en frente y nariz, a otro le golpeó en la sien y en el lateral de la cabeza, produciéndole un corte en la oreja, mientras que al tercero le golpeó en la frente.

La última agresión hasta el momento tuvo lugar, según precisaron desde TAMPM, el pasado 5 de agosto cuando aún no han transcurrido ni seis meses del primer incidente. En esta ocasión, este se materializó «en insultos, amenazas, lanzamiento de objetos, resistencia activa y escupiendo al jefe de servicios, que hicieron necesaria la intervención de los funcionarios usando los medios coercitivos reglamentarios para reducir al interno y obligarle a deponer su actitud».

Desde este colectivo precisan que, «a consecuencia de esta intervención, resultaron lesionados tres funcionarios de diversa consideración y necesitaron atención sanitaria en el propio centro».

Para los representantes de Tu Abandono Me Puede Matar en la cárcel de A Lama en el trasfondo de todos estos hechos se encuentra «la falta de respeto y autoridad que ese y otros muchos internos tienen hacia los funcionarios de prisiones y hacia la institución». Además remarcaron que «esta agresión se suma a otros muchos incidentes que en pocos días han ocurrido en este centro -incendios provocados en celdas, roturas de ventanas, intentos de suicidio, peleas entre internos...-», de tal modo que las desobediencias, amenazas e insultos son, al parecer, el «pan de cada día» en la cárcel pontevedresa.

Déficit de personal

Al igual que han venido denunciando durante los últimos años, las distintas centrales sindicales, la asociación vinculó estos episodios con la falta de personal: «Si los internos no perciben que están siendo vigilados en todo momento, si no sienten el poder coercitivo de un numero suficiente de funcionarios de vigilancia, es cuando les surge la idea de que ellos son los que tienen el control de la prisión, y esta percepción es la que multiplica la posibilidad que un interno agreda o amenace a un funcionario», añadieron al respecto.

Los sindicatos cifran en más setenta las plazas vacantes o por cubrir, al tiempo que han venido alertando del envejecimiento de la plantilla y lo que esto conlleva a nivel, por ejemplo, de jubilaciones. En este punto, el colectivo de funcionarios ironiza con el hecho de que «se trabaja diariamente con muchos menos funcionarios que el mínimo que impone la propia administración en caso de huelga».

Otro de los caballos de batalla de los sindicatos es lograr que los funcionarios penitenciarios sean considerados agentes de la autoridad, objetivo que también comparte desde TAMPM. Este colectivo también coincide con las centrales en que otra fuente de conflicto es la medicación de los presos, toda vez que «los internos reciben bolsistas con medicación para tres o cuatro días» que, según denuncian, «utilizan para drogarse, ya que mucha es psiquiátrica o deriva de los opiáceos. El trapicheo de dicha medicación es la que produce peleas entre internos o amenazas a los funcionarios para conseguir mas medicación. La sobredosis en este tipo de consumo es muy habitual».

Más plantilla y ser agentes de la autoridad, principales demandas

Al margen de cuestiones salariales, con una plantilla que tiene una media de edad de 52 años, los sindicatos con representación en la cárcel de A Lama -CC.OO., ACAIP-UGT, CSIF, CIG y ATP- han venido reclamando un incremento de la plantilla para, de este modo, cubrir las 77 vacantes actuales, 52 de ellas de vigilancia, estimadas por estas centrales.

De igual modo, otra reclamación histórica es la concerniente a ser considerados como agentes de la autoridad, una medida que se debatió por última vez el pasado mes de abril en el Congreso de los Diputados a instancia del Partido Popular, cuya propuesta fue rechazada al únicamente concitar los apoyos de Ciudadanos, Vox, UPN y Coalición Canaria.

Los sindicatos entienden que la consideración de agentes de la autoridad no tendría coste para las arcas estatales y a los trabajadores les daría cierta seguridad, ya que los reclusos serían conscientes de que «cualquier agresión no quedaría impune. Sería considerada un atentado».

Objetivo: evitar el posible efecto llamada que puedan tener los ataques al personal penitenciario

Tras insistir en que el último ataque a personal de la plantilla de la cárcel de A Lama tuvo como escenario el módulo de aislamiento, desde Tu Abandono Me Puede Matar remarcaron que en estas dependencias suelen encontrarse «los internos mas conflictivos», por lo que existe el riesgo de que tales agresiones puedan llegar a tener un efecto llamada. Es por ello que desde este colectivo se remarcó que esta es una de las consecuencias que se debe evitar.

A este respecto, se mostraron convencidos de que para lograr este objetivo «es fundamental demostrar en estos departamentos la capacidad coercitiva de la institución». En este sentido, precisaron que cuando la plantilla era prácticamente la recomendada para este penal, solían responder a los incidentes cinco o seis funcionarios más un jefe de servicio: «Ahora únicamente acuden tres funcionarios».