Distintos incidentes del 2020 en la prisión de A Lama se saldan en condenas
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A LAMA
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Entre los ahora condenados, un recluso que agredió a un funcionario penitenciario en el momento de realizarle un cacheo
06 abr 2022 . Actualizado a las 10:29 h.En las últimas semanas, la Audiencia de Pontevedra ha dictado una serie de sentencias que tienen el común denominador de dirigirse a reclusos del centro penitenciario de A Lama que protagonizaron distintos incidentes.
De este modo, el caso más reciente se refiere a un preso que, a principios de julio del 2020, se vio envuelto en una pelea en prisión con un segundo recluso. Se da la circunstancia de que como este último no fue denunciado por el primero, no se llegó a sentar en el banquillo.
En todo caso, se considera acreditado que el encausado, en el transcurso de la reyerta, golpeó y mordió en la muñeca izquierda al otro preso. Este sufrió erosiones superficiales múltiples en cara, pecho, codo izquierdo, brazo y dorso del primer dedo de mano derecha, así como una mordedura en borde cubital de la mano izquierda, donde le resta una cicatriz a modo de secuela que «es previsible que se mitigue o desaparezca a medio plazo».
Por tales hechos, se le impuso como condena el pago de un multa de 180 euros como autor de un delito leve de lesiones y el abono de una indemnización de 430 euros.
También con una sanción económica, pero en esta ocasión con un importe de noventa euros como autor de un delito de daños, fue condenado un segundo interno de la cárcel de A Lama. En este caso, los hechos tuvieron lugar el 17 de mayo del 2020 cuando golpeó la ventana de la celda de aislamiento que ocupaba rompiendo el cristal de la misma. Además, tendrá que abonar la reparación de los desperfectos, que se cuantificaron en 26,58 euros.
El encausado, que reconoció los hechos, sostuvo que le tenían que dar una medicación y que no se la dieron hasta ese día. Asimismo, la Audiencia de Pontevedra refiere que «el hecho de que fuera provocado por otro interno con el que discutía, en modo alguno, justifica su acción».
Más contundente fue la pena que recayó sobre un tercer interno de A Lama —un año y nueve meses por atentado con la agravante de reincidente y noventa euros de multa por un delito leve de lesiones— por un altercado el 18 de febrero del 2020. Se considera acreditado que «tuvo un incidente con otro preso y comenzó a golpear el mobiliario».
Advertidos de su comportamiento, dos funcionarios penitenciarios requirieron al acusado a que se acercara a una zona de seguridad, donde le pidieron que vaciara los bolsillos y le comunicaron que lo iban a cachear. «A mí no me cachea ni Dios», vino a decir el encausado al tiempo que se abalanzaba sobre uno de los funcionarios propinándole un puñetazo en el cuello. El recluso tuvo que ser reducido.