Prisión para el acusado del homicidio de Jéssica Méndez al embestir con su coche el de la joven

BARRO

Capotillo

La llegada del detenido a los juzgados de Caldas se produjo entre insultos, mientras que a su salida se vivieron momentos de tensión

23 mar 2022 . Actualizado a las 12:50 h.

Tras una larga comparecencia en los juzgados de Caldas de Reis, en torno a las dos y media de la tarde de este lunes, el titular del Juzgado de Instrucción número uno de Caldas de Reis, en funciones de guardia, decretó el ingreso en prisión provisional de José Eirín, el acusado de dar muerte a Jéssica Méndez embistiendo su coche con el suyo. El sospechoso fue conducido por la Guardia Civil hasta el centro penitenciario de A Lama siendo internado en el módulo de ingresos, donde permanecerá los próximos cinco días —si tiene la pauta completa de vacunación del coronavirus— o siete si no la tiene, en aplicación del protocolo penitenciario frente a la pandemia del covid-19.

De igual modo, está previsto que mantenga una entrevista con un equipo técnico de la prisión pontevedresas, entre cuyos integrantes estará un psicólogo, para determinar si debe aplicársele el protocolo de prevención frente al suicidio. Mientras tanto estará ingresado en una celda acristalada —estando ocupada la contigua por otro recluso— para, de este modo, realizarle una monitorización continua. Antes de la pandemia, esta situación se solventaba con el acompañamiento de un segundo recluso en la misma celda, pero esta medida tuvo que modificarse por la irrupción del coronavirus, añadieron las fuentes consultadas.

La prisión provisional es comunicada, pero sin fianza, situación en la que podrá estar los próximos dos años prorrogables por otros dos. Se le investiga por un delito de homicidio o asesinato, si bien la imputación definitiva se concretará a lo largo de la instrucción de este caso. Fuentes judiciales precisaron que esta causa no se seguirá en el ámbito de la violencia sobre la mujer, ya que entre la fallecida y el encausado no existía relación sentimental alguna.

Aunque por el momento no ha trascendido el contenido de la declaración que ha prestado ante el juez de Caldas que lleva el caso, lo cierto es que José Eirín no se acogió a su derecho a no declarar. Al contrario, no tuvo inconveniente alguno en responder las preguntas que le formularon. Las fuentes consultadas insistieron en que el encausado. 

Otras fuentes confirmaron que no se descarta que se realicen nuevos interrogatorios a José Eirín, si bien lo más normal es que se opte por establecer una videoconferencia con el centro penitenciario.

«É un feminicidio máis ocorrido en Galicia (...). De momento non hai unha sentenza firme e tampouco había un vínculo estreito de parella, nin afecto sentimental. Dende o meu punto de vista ou moita sorte imos ter ou non se vai a tratar como un acto de violencia de xénero. Por iso, falamos de feminicidio e dun acto de violencia machista», lamentó Susana Rosillo Campaña, del Colectivo Feminista de Pontevedra. 

Dejó claro que el posible vínculo entre la víctima y el detenido no era de pareja, sino que «era unha persoa que estaba obsesionada con esta rapaza», dijo en base a testimonios familiares y de conocidos. «Os indicios apuntan a que era unha obsesión, mantida desde hai moito tempo por este individuo, e todo apunta a un feminicidio». Susana Rosillo, igualmente, confirmó que existe un denuncia previa del padre de Jéssica Méndez en la que deja constancia de que su hija estaba viviendo una situación de acoso: «Moitas veces para demostrar ese acoso parece que temos ese medo a denunciar porque, igual, non se nos cre. Demostrar un acoso é moi complicado, pero eu sempre digo, ante a dúbida, denuncia, denuncia, denuncia».

«Isto non debería estar sucedendo e parece que, cada vez, o estamos interiorizando máis (...). Non podemos mirar cara outro lado», lamentó Rosillo Campaña. Esta misma idea se trasladó en la concentración convocada en el Concello de Barro y que hoy se repetirá por toda Galicia: «O acoso ao que Jéssica se veu envolta por parte deste individuo non ten nome. Ningunha muller merece ser acosada tan brutalmente (...). Poñer cámaras de vixilancia na vivenda e mudar de teléfono son só algunhas das medidas que Jéssica tivo que tomar para intentar mitigar o acoso», aseguran en el Ayuntamiento.

Desde el gobierno local de Barro se instó a que se realice una investigación exhaustiva que arroje luz sobre un caso que, de confirmarse los indicios, «vai máis alá dun accidente de tráfico». «Coa confirmación das liñas de investigación que se están levando a cabo as forzas de seguridade, trataríase dun caso claro de feminicidio», por lo que es preciso que «se esclarezan todas as causas que levaron á súa morte e que se faga xustiza».

Que se haga justicia fue una de las demandas que se escucharon por parte de los familiares y allegados de Jéssica Méndez que se desplazaron hasta los juzgados de Caldas. José Eirín permaneció en los juzgados de Caldas por espacio de unas cuatro horas y media. Llegó pasadas las diez de la mañana entre insultos de «cabrón», «pouco home», «desgraciado» o «hijo de puta» por parte de una quincena de personas, que llegaron a encararse con el detenido, que iba esposado y vestía una sudadera roja con capucha que cubría su cabeza, obligando a intervenir a los guardias civiles desplazados.

«Nos jodiste la vida a todos» o «hay que pedir justicia para Jéssica, por favor» fueron los gritos que también se escucharon a la llegada del investigado.

A medida que fueron pasando las horas, más familiares y amigos de Jéssica Méndez se acercaron a las puertas de la sede judicial. En torno a las dos y media, la tensión se desató cuando los agentes del instituto armado introdujeron a José Eirín en el furgón que lo tendría que trasladar hasta el centro penitenciario de A Lama. Fue entonces cuando se sucedieron los gritos de «asesino» y otros similares que, esta vez, vinieron acompañados con golpes al vehículo policial. «Soltádeme que non lle podo facer nada. El a nós fíxonos moito», repetía entre lágrimas una allegada de Jéssica.