David Ruiz, cantante de La M.O.D.A.: «Cada concierto es como si fuera el último»

BUEU

Laura Sisteró

La Maravillosa Orquesta del Alcohol actúa el 6 de agosto en el SonRías Baixas de Bueu compartiendo cartel con Sabela

03 ago 2022 . Actualizado a las 11:45 h.

A pesar de que este año cumplen una década sobre los escenarios, David Ruiz, cantante y compositor de La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) deja claro que «no hemos querido celebrarlo mucho. Lo de celebrar aniversarios lo vemos cuando ya te queda poco tiempo. Cuando tienes que echar la vista atrás es que la mayoría de las cosas se han vivido ya. Preferimos echar la vista a adelante y cuando hagamos cincuenta años lo celebramos», señala entre risas recordando que «el primer ensayo, creo, fue en febrero del 2011 en el garaje del padre del acordeonista».

-Tengo entendido que la crisis sanitaria les pillo en plena faena con vuestro último trabajo, «Ninguna ola».

-Nos pilló justo en el estudio de Portugal acabando el disco. Nos quedaba una canción. Fue saltar el coronavirus y nos tuvimos que volver dejando el disco inacabado. Al final, salió en diciembre. No hablaremos de influencias, pero me gustaría citar cuatro o cinco grupos de Galicia que nos gustan y hemos descubierto hace poco: Os Verto, Bala, los True Mountains, DL Blando y Dirty Suc.

-¿Me imagino que formará parte de vuestro repertorio en el SonRías Baixas?

-Lo hemos estado presentando en salas y teatros. Hemos tenido mucha suerte porque, a pesar de las circunstancias y de lo duro que está siendo para todo el mundo, hemos logrado hacer entre cuarenta y cincuenta presentaciones del disco. Y en verano hacemos un repertorio de nuestros cuatro álbumes. Hay canciones del último disco, pero también de los anteriores.

-¿Qué supone en estos momentos para un grupo con el suyo el actuar en un festival?

-Supone mucho. La oportunidad de que gente, a la que no llegarías de otra manera, te pueda escuchar. Para los grupos que se lo están trabajando el poder tocar delante del público es algo muy grande porque es a lo que aspiras. Cuando te juntas con tus amigos en un garaje y estás empezando, lo que quieres es compartir esa música. Expresarte tú y compartirla con alguien más. Un festival, como una sala de conciertos o un bar... el hecho de tocar delante de gente es como que ya todo tiene sentido.

-Al margen de recorrer musicalmente sus cuatro álbumes, ¿qué podemos esperar del concierto del SonRías Baixas?

-Lo que intentamos hacer siempre: Tomarnos cada concierto como si fuera el último, dejarnos la piel e intentar transmitir lo que nos sale de dentro. Y si llegamos a comunicar algo, será increíble.

-Y poco más de una semana después de vuestro concierto en Bueu arranca la Vuelta Ciclista a España para la que La M.O.D.A. pone la banda sonora.

-Sí. No deja de ser una anécdota porque, al final, un grupo donde tiene que estar es en el local de ensayo, haciendo música y dando conciertos. Estas cosas son como anécdotas que nos hacen ilusión porque a la gente que nos sigue también se la hace y porque la música que suele salir en este tipo de eventos es de grupos que están en multinacionales o que suenan en las radio fórmulas. Nos llama la atención que hayan querido contar con nosotros y nos hace mucha ilusión porque, al fin y al cabo, somos un grupo de una ciudad pequeña que no ha querido estar en ninguna discografía.

-Enlazando con esto último, ¿con la autoedición que buscan? ¿Libertad creativa?

-Simplemente, es la filosofía con la que nos hemos educado cuando eramos chavales. Es la educación que hemos recibido de los grupos que nos han inspirado, nos han influenciado, la de ser dueño de tus canciones, ser libre dentro de que en esta sociedad todos estamos atados a muchas cosas y todos pasamos por muchos aros, nosotros, los primeros. No vamos de que somos mejores que nadie. Simplemente, tenemos nuestra filosofía. Cuando empezamos nadie nos hacía caso, a nadie les preocupábamos y nadie nos ayudaba, y ahora no va a venir un tipo de una oficina a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas, o a apoyarnos, o a invertir en nosotros. No queremos, pero entendemos que haya otra gente que lo haga. Y, quizás, nosotros en otras circunstancias, igual lo hubiéramos hecho. No miramos a nadie por encima del hombro por estar en esta situación. Pero es que es como nos sentimos cómodos: haciendo las cosas nosotros y pasando por el menor número de aros que podamos. Las circunstancias de cada persona son un mundo y no te puedes sentir ni mejor, ni peor por estar en una multinacional o no.

-¿Cómo surgió vuestro nombre?

-Surgió en los primeros ensayos improvisados, que más que ensayos era que quedábamos los amigos para juntarnos, beber unos vinos y cantar. Casi era más la actitud o la intención de expresarnos y hacer algo juntos, y poco más. Fue un poco un nombre de coña sobre lo que estábamos haciendo. No nos tomábamos en serio a nosotros mismos y siempre hemos querido mantener ese punto de no fliparnos. Recuerdo que teníamos muy presente el nombre de Los Fabulosos Cadillacs. Nos sonaba guay aunque el grupo no nos gustaba especialmente. El nombre es un reflejo de lo que eramos.