Antía Blanco: «Filtros selectivos en las gafas ayudan a los pacientes de párkinson a calcular las distancias»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

BUEU

Antía Blanco, optometrista que participó en Pontevedra en las jornadas sobre la enfermedad de Parkinson
Antía Blanco, optometrista que participó en Pontevedra en las jornadas sobre la enfermedad de Parkinson ADRIÁN BAÚLDE

La optometrista subraya que una buena agudeza visual y sensibilidad al contraste mejoran su calidad de vida

12 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La optometrista Antía Blanco Bernárdez (Bueu, 1988) participó ayer en Pontevedra en las Jornadas sobre la enfermedad de Parkinson organizadas por la asociación Apropark. La profesional abordó, coincidiendo con la conmemoración del día mundial, cómo afecta esta dolencia neurodegenerativa a la visión y qué tipo de terapias ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

—¿Son los trastornos visuales los más desconocidos del párkinson?

—Diría que sí, de hecho hablamos de cómo afecta el párkinson a la visión y de cómo ciertas alteraciones visuales no corregidas pueden afectar a la progresión de algunos síntomas del párkinson también.

—El ojo seco es uno de los trastornos más comunes, pero hay muchos más...

—El ojo seco es uno y me parece que hay que incidir en que tiene luego implicaciones importantes para otras cosas y que a veces no se dan o no tienen las pautas óptimas para no tener las incomodidades del ojo seco. Hay varias investigaciones que relacionan, por ejemplo, el tener una baja agudeza visual y sensibilidad al contraste con la aparición de alucinaciones visuales, que es otro de los síntomas poco conocidos, pero súper importante. Es necesario que los pacientes sepan no solo la importancia de tener una buena agudeza visual y una buena sensibilidad al contraste para, por ejemplo, reducir esa probabilidad de que aparezcan esas alucinaciones. Ojo, que no es causal, no es ‘voy a tener’, pero sí que hay una mayor probabilidad de desarrollarlas. Hablamos del papel del optometrista en ese campo, de comunicar que no es mejorar un 10 o un 20 % de visión y ya está, sino que es importante mejorar eso para la calidad de vida de ese paciente.

—¿Qué es la sensibilidad al contraste y por qué preocupa tenerla baja?

—Básicamente es más que ver objetos muy pequeñitos es cuando se te difumina todo, cuando los bordes entre las cosas no están bien delimitados. Y eso favorece que se tengan más tropiezos. Más allá de los que son por la propia dificultad motora de la enfermedad, si ellos están viendo unas escaleras de piedra y casi no hay diferencia entre unos escalones y otros y tienen baja sensibilidad al contraste puede ser que no los vean directamente. Y desde optometría tenemos la capacidad de valorar con ciertos filtros selectivos, se llaman así, y mejorar mucho esa sensibilidad al contraste. Por lo tanto, podemos influir directamente en que haya una mayor calidad de vida y una menor probabilidad de caídas.

—¿Hablamos de gafas especiales con esos filtros?

—Sí, son filtros selectivos que se ponen en las gafas, se añaden. Aparte de la graduación que necesiten, para ver lo más nítido posible se ponen y tienen unas coloraciones específicas. Los filtros no es como una gafa de sol, que te oscurece y ya está. Digamos que no te oscurece, te dejan pasar ciertas partes de la luz y otras no, y las que dejamos pasar son las que mejoran en esos pacientes esa sensibilidad, lo que ayuda a calcular mejor esos peldaños y las distancias.

—El párkinson afecta a la conducción de vehículos o a la lectura. ¿Controlando la visión se pueden mantener más tiempo esos hábitos?

—Depende mucho de todos los especialistas de todas las áreas. Por ejemplo, en conducción una de las que más afecta es claramente la parte motora. A nivel visual si conseguimos tener una buena sensibilidad al contraste, una agudeza visual, buenos movimientos oculares, que afectan un montón a la lectura... pues si todas esas habilidades visuales están bien a este nivel no podríamos decir nada. ¿Qué pasa? Que en la inmensa mayoría de las veces sí están afectadas esas áreas. Los movimientos oculares y trazabilidades como la capacidad de ver con los dos ojos hacia el mismo punto y la visión doble en según qué momentos del día ya sería una contraindicación muy importante a la hora de conducir.

—Tiene un centro óptico en Pontevedra. ¿Atiende a muchos pacientes de párkinson?

—Todavía es un campo muy desconocido, ya en muchas otras áreas no se entiende la diferencia entre optometría y oftalmología. Dentro de los pacientes con párkinson lo que pasa es que no nos conocen. Yo misma soy consciente de que es un campo específico en el que tuve que informarme más y más y leer mucha bibliografía porque es tan tan específico. Tienes que saber qué tienes que buscar. Pero sí vemos pacientes de la asociación Apropark, con la que colaboro haciendo primera visitas y con alguno hice terapia visual.

«Ojalá en algún momento el optometrista esté integrado en la sanidad pública» 

—¿Cómo son las terapias visuales con pacientes de párkinson?

—En terapia visual se trabajan los movimientos oculares o la visión doble. Es decir, si tienes un paciente que no tiene los movimientos oculares óptimos puedes trabajarlos para que pueda cambiar de línea más fácilmente, que no se salte palabras al leer... Dentro de la visión doble hay distintos tipos de ayuda como rehabilitación visual, se puede también evitar o mejorar que vean doble cuando leen o que se junten las palabras en la página.

—¿Por qué no suele haber terapias visuales en los servicios de las asociaciones de pacientes?

—Lo que sucede es que, al ser una enfermedad neurodegenerativa, logopedia y fisioterapia la tienen siempre, tienen dos sesiones a la semana y tienen esa estimulación constantemente. Con la rehabilitación visual, como no es algo a lo que puedan acceder, se lo tienen que pagar aparte, lo que pasa es que con algunos pacientes trabajas durante un tiempo, mejoras las áreas, pero como paran todo se pierde. Ojalá en algún momento, de hecho ya existe en alguna comunidad autónoma, el optometrista esté integrado en el sistema de salud público. Pero en Galicia de momento no y creo que aún estamos lejos, aunque repercutiría en una mejora importante de la calidad y atención a los pacientes, sin duda.

—¿Hay conexión entre optometristas y oftalmólogos?

—Siempre me gusta hablar de la importancia de la comunicación que tenemos que tener los optometristas y los oftalmólogos. De la misma manera hay que entender que nuestro campo de intervención es diferente. Somos dos profesionales que deberían trabajar a la par como lo hacen psicología y psiquiatría, o fisioterapia y los médicos rehabilitadores en los hospitales.