Estudian en Forzáns la roca con petroglifos más grande de Galicia

La Voz

CERDEDO-COTOBADE

21 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Una gran piedra con grabados rupestres conocida como A Laxe do Barón, en la parroquia de Forzáns, Ponte Caldelas, atrae la atención de los especialistas del grupo de investigación A Laxe da Irena desde hace varios meses. Este petroglifo es una roca de superficie irregular, de granito de grano medio grueso, que ha sufrido la acción de canteros en dos de sus lados, pero que tiene el privilegio de ser, por lo menos por ahora, la roca con grabados prehistóricos más grandes de Galicia. Las dimensiones de la superficie visible de esta roca -que no está descubierta del todo- son de veinte metros de eje norte a sur y de quince metros de este a oeste. Es decir, la superficie grabada alcanza los 180 metros cuadrados, superando al gran petroglifo de Monte Tetón, en Tomiño.

El equipo de especialistas que estudia A Laxe do Barón está coordinado por el arqueólogo Antonio de la Peña y el historiador Buenaventura Aparicio. Éstos han contado con la colaboración de los propietarios de la finca.

Los grabados que conserva esta roca se dividen en dos grupos principales. El primero se corresponde a la fase más antigua, databa a principios de la Edad del Bronce. En un comunicado, los portavoces de A Laxe da Irena explicaron que «está integrada por numerosas y variadas combinaciones de círculos concéntricos y restos muy desgastados de otras borradas por la erosión, puntos, trazos indefinidos y una curiosa red de surcos anchos que recorre la mitad nordeste de la masa rocosa». Además, hay un mínimo de ocho representaciones de cuadrúpedos. Este detalle es importante porque junto con los cercanos yacimientos de Aguasantas y Valongo, en Cotobade, «constituyen la máxima expansión hacia el interior de un tema iconográfico que en su variedad clásica apenas se aleja del área de influencia de las Rías Baixas», según los historiadores. A esta misma fase se deben atribuir un par de pequeñas huellas de pies humanos calzados, esculpidos en la roca.

La segunda fase es más reciente. Esta serie de grabados probablemente daten de distintas épocas desde la Edad Media incluida. Entre los temas identificables se hallan diseños en U o en herradura, algún cuadrado y numerosas y variadas cruces, incluso algunas con una peana circular. Los arqueólogos resalta un «curioso motivo soliforme con cruz interna que, si consideramos su asociación a las cruces, es posible que pudiera tratarse de la imagen de una custodia».

Difícil interpretación

Pablo Novoa Álvarez fue el primero en llamar la atención sobre la importancia de las figuras del petroglifo de Forzáns en 1994. Entre los motivos más llamativos, por su escasa frecuencia, se refiere a las huellas de pies. Marco V. García Quintela y Manuel Santos Estévez consideran que se trata de signos utilizados en la investidura de los reyes de los castros. Una hipótesis que no convence a los investigadores de A Laxe da Irena, quienes la clasifican como «sugerente», pero tan válida como otra cualquiera como por ejemplo rituales iniciáticos hoy perdidos. Los especialistas de este grupo inciden en las rústicas escaleras y la prominencia superior de la roca como la posibilidad de que este yacimiento formase un espacio ritual, en el que arriba de todo hay unas grandes cazoletas o recipientes, «cuya finalidad se nos escapa», según este grupo.

Los portavoces de A Laxe da Irena solicitaron la protección coordinada de este yacimiento a Patrimonio, el Concello y los dueños de la finca.