Los padres de Cuntis que luchan por su vida tras salvar a su bebé del incendio en su casa: «O que aguantaron pola nena é incríble e por ela han saír adiante»
CUNTIS
La recién nacida, que milagrosamente no resultó herida, fue dada de alta y está con su abuela mientras que sus progenitores siguen en estado muy grave por las quemaduras sufridas. Los servicios de emergencias no dan crédito a las escenas que presenciaron
02 ene 2025 . Actualizado a las 18:42 h.Miguel Couto, miembro del servicio de emergencias municipal de Cuntis, es de esas personas curtidas en mil batallas. Tiene fama de no perder nunca la calma. De hecho, hasta una vez que él fue el rescatado en vez del rescatador y tenía la cabeza abierta le imprimía ánimos a su gente antes de irse al hospital. Ese Miguel incombustible e infatigable se reconocía este último lunes del año desolado por las escenas vividas el sábado, cuando sus compañeros y él fueron a auxiliar a David, Lorena y su hija de diez días, que sufrieron un incendio en su vivienda, en Cuntis. Dice que va a ser difícil olvidar lo que vieron, la forma en la que la que una deflagración, en teoría procedente de un radiador eléctrico, devoró la ropa y la piel de estos vecinos de su municipio pese a que su vivienda no sufrió grandes daños. Pero él, positivo hasta el extremo, no quiere quedarse ahí. Aparta esas imágenes para poner en valor la valentía de esos recién estrenados padres, que en diez días pasaron de vivir el mejor al peor momento de sus vidas: «O que aguantaron pola nena é incríble, e por ela han saír adiante», señala con respecto al incendio.
Habla así este miembro del servicio de emergencias y no lo dice por decir. Desde el sábado no puede dejar de preguntar por David y Lorena. A él, de 34 años de edad y vecino de Cuntis, lo conoce y lo trata de toda la vida. Y a ella, de Vilanova de Arousa y de 30 años, la conoce por ser su pareja y la persona con la que David había empezado a sonreír y a vérsele muy feliz. Miguel y sus compañeros de emergencias eran muy conscientes de la enorme alegría que tenía la pareja por el nacimiento de su hija en las vísperas de Navidad: «Casualidades da vida, cando se enteraron de que ían ser pais dixéronnolo e estaban tan contentos...». Así que desde que el sábado el helicóptero y la ambulancia se los llevaron a todos al hospital no dejó de hablar con sus familiares, al igual que lo hizo también el alcalde, Manuel Campos, para saber como están y si necesitan apoyo. Miguel tiene cada día «un pouquiño máis de esperanza». Es la traducción que hace él de lo que le dice la familia. Oficialmente, desde el Chuac señalan que ambos progenitores siguen con pronóstico muy grave, ingresados en la unidad de quemados. Sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado y habrá que ver cómo evolucionan.
No solo Miguel, sino todos los efectivos que el sábado participaron en el rescate de esta familia están convencidos de que a Lorena y David les dará fuerzas lo que sucedió con su pequeña, que milagrosamente salió ilesa del incendio y que, aunque el sábado fue llevada al hospital para ver si le había afectado o no el humo, ya está dada de alta. Permanece al cargo de su abuela paterna, con la que los Servizos Sociais del Concello se pusieron en contacto para ver si podían ayudar en algo.
Nadie acaba de entender cómo David y Lorena resultaron tan gravemente heridos en un incendio que, aparentemente, no parecía tan grave, al menos en lo que a daños materiales se refiere. Los efectivos que acudieron a auxiliarles repasan una y otra vez lo vivido para tratar, sin mucho éxito, de explicarse lo que pasó y cómo estos padres, estando tan afectados, se mantuvieron en pie porque lo único que les importaba es que su hija estuviese a salvo. Vuelven con la mente al sábado a las tres de la tarde. Según los propios afectados explicaron, el fuego comenzó en su vivienda, una casa unifamiliar de una aldea de Cuntis, en un radiador eléctrico ubicado en el pasillo de la planta baja. Debió comenzar en el enchufe, avanzó hacia el aparato y este acabó explotando. Se sospecha que el aceite incandescente que contenía el aparato eléctrico alcanzó al carrito de la niña (vacío en ese momento) y que, al entrar el cochecito en llamas, se produjo una descomunal deflagración que alcanzó a David, que estaba en esa planta baja de la casa. Lorena debía estar más alejada del foco, quizás en la planta superior junto a su bebé, pero corrió al escuchar los gritos de su pareja y también acabó quemada. «Tiveron moi mala sorte», es la única conclusión posible.
La ropa de ambos fue devorada al momento y ellos sufrieron gravísimas quemaduras. Pero aún así David no se dejó caer y subió a la primera planta a buscar a su hija mientras su mujer trataba de ayudarle. Él sacó a la calle a la niña y, al parecer, le imprimía ánimos a todos pese a reconocer que no sentía los pies y que tenía un dolor insoportable. «A forza deses rapaces foi impresionante, aguantaron o tipo dunha maneira brutal pola súa filla. Era o único polo que berraban, pola súa filla. Ela nalgún momento parecía que desfalecía pero el dicíalle que non, que alí non ía morrer ninguén, que ían saír adiante. Eu estou convencido de que vai ser así, de que a meniña lles dará forzas», insiste el portavoz de las emergencias de Cuntis. La fortaleza de los padres dejó de piedra a todos los que participaron en el rescate. Manuel Campos, el alcalde, reflexiona: «Nunca pensei vivir nada semellante, estaban tan maliños e foron tan valentes...».
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Con la recién nacida en casa con su abuela, la preocupación está ahora en A Coruña, en ver cómo evolucionan sus padres. En Cuntis nadie pierde la esperanza y todos están dispuestos a ayudar. Es Navidad y ni siquiera se pide un milagro. Lo explica bien el portavoz de las emergencias municipales con un deseo que le sale del alma: «O único que fai falta é que a mala sorte que tiveron o sábado se transforme agora en boa para que saian adiante, con iso chégalles».