Destrozos en el belén de la Alameda, robos de figuras y una avería que tuvo la corona de la rotonda apagada media hora
10 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Grinch más vandálico se ceba un año más con la decoración navideña en Marín. Si Laponia tiene la fama de albergar la casa de Papá Noel, como reverso de la moneda festiva, la villa portuaria pontevedresa asume año tras año el papel de cita obligada de aquellos que disfrutan aguando la fiesta a los demás.
Las luces de Navidad se inauguraron el pasado jueves 5 y ya se acumulan varias incidencias que el Concello intenta subsanar, al producirse una sucesión de actos vandálicos que hacen todo menos gracia. El caso más claro está en el belén con figuras luminosas que se instaló en la Alameda. Poco duró intacto porque el fin de semana los amigos de lo ajeno rompieron una de las figuras del belén y destrozaron un par de bombillas de otra.
El Concello tuvo que retirarlas todas para poder recomponer el destrozo y espera reponerlas cuanto antes. No es la primera vez que los secuaces del Grinch se enseñan con el belén luminoso porque hace unos años, cuando se colocaba en la escalinata de la Praza del Reloxio, llegaron a prenderle fuego. En aquella ocasión, robaron hasta las macetas con flores de Pascua que decoraban el conjunto navideño. Para preservar alguna de estas plantas, una dependienta de un comercio próximo tuvo que tener que guardar las macetas en su local de noche y volver a colocarlas por la mañana.
Si en el belén de la Alameda fueron vándalos, en otras partes del Concello actuaron ladrones. La concejala de Medio Ambiente, Marián Sanmartín, explicó que desapareció un oso navideño de una plaza, mientras que en otra calle alguien parece que quiso llevarse un reno y acabó dejándolo tirado porque en medio de la operación de sacarlo de su lugar le rompió los cuernos.
El espíritu del Grinch también se dejó notar en otra incidencia muy comentada por los vecinos, que se produjo el mismo día del encendido del alumbrado y que tuvo como protagonista a uno de los elementos decorativos más significativos de estas fiestas: la corona que este año alumbra en la rotonda de la Praza de España.
La gran corona es un guiño a la presencia de la princesa Leonor en la Escuela Naval durante este otoño y ya de por sí había causado muchos comentarios en la villa, entre los defensores y los detractores de este símbolo decorativo. Una cosa quedó en evidencia. Al Grinch, o al mal hado de este arranque navideño, no le gustó y gafó la noche inaugural del luminoso motivo real.
El alumbrado se encendió al anochecer del día 5 y poco tiempo después la corona, en el lugar más céntrico de la localidad, se quedó de repente a oscuras. ¿Qué pasó? Desde el Ayuntamiento indicaron que hubo un problema técnico. «Dio un fallo una fase de los leds de los árboles de la Alameda y tuvieron que apagar todo», sostiene el ejecutivo municipal. Todos los elementos luminosos que dependían de esta fase averiada se quedaron a oscuras y entre ellos se encontraba, precisamente, la corona. Eso sí, desde el Concello destacan que el inesperado apagón duró poco, en torno a media hora. Desde entonces, la corona, al igual que el resto del alumbrado marinense, se ha encendido sin problemas y lo seguirá haciendo hasta que pase Reyes.
Sustracción de renos en Poio
Marín parece llevarse la palma de las travesuras del Grinch, pero el espíritu del aguafiestas también hizo acto de presencia en el vecino municipio de Poio. Allí, entre os elementos luminosos que dan luz y color a los conjuntos navideños que adornan todas las parroquias, se encuentra la Aldea de Nadal en Samieira.
Pues algo no debía gustarle de esta decoración a los amigos de lo ajeno, o quizás les gustó demasiado y alguno pensó que en su casa podrían lucir mejor, porque estos días desaparecieron tres renos, que alguien se llevó sin permiso.