Suso Leiro inicia su remontada del Caribe hacia Canadá

Marcos Gago Otero
m. gago SANXENXO / LA VOZ

POIO

El navegante de Portonovo aspira a circundar el Ártico y entrar al Pacífico por el Estrecho de Bering

31 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El navegante más famoso de Portonovo, Suso Leiro, ha iniciado su ruta desde el Caribe hacia el Atlántico Norte, una etapa de su expedición marítima en solitario con la que quiere emular a los protagonistas de la última fase de los grandes descubrimientos por mar, siguiendo hasta Terranova, circunvalando el Ártico y entrando al Pacífico por el Estrecho de Bering desde Alaska. Es todo un reto que Suso Leiro comenzó el pasado otoño, cuando tras dos intentos fallidos por pésimas condiciones meteorológicas, consiguió cruzar el Atlántico hasta alcanzar el Caribe. En esa primera etapa siguió, en cierta medida, la estela de Cristóbal Colón, a quien muchos pontevedreses consideran natural de Portosanto, en Poio.

Sea cierta o no la tesis pontevedresa de Colón, en lo que no hay duda es que tanto el descubridor de América como el navegante sanxenxino comparten el hambre de aventura. Leiro anuncia que ha comenzado su remontada poniendo proa hacia el norte desde las instalaciones de la Marina Royal Jamaica Yate Club. Desde la isla de Bob Marley y Usain Bolt, el navegante portonovés tiene intención de alcanzar la perla de las Antillas, la isla de Cuba.

El periplo tiene un alto porcentaje de incertidumbre. Leiro planifica bien sus viajes, realiza él mismo las adaptaciones de su velero, el Finesse, para ajustarlo a las necesidades de la navegación en solitario por alta mar. También se ocupa de conocer de antemano la situación de los puertos de posible recalada y las condiciones climáticas. Sin embargo, la meteorología es bastante caprichosa y ya le ha obligado a modificar sobre la marcha sus cuidadosamente preparados planes desde que dejó Sanxenxo.

Sobre el reto que le espera hasta Cuba, sostiene: «El tiempo es muy cambiante y no puedo precisar si entraré en Santiago o navegaré siguiendo la costa hasta La Habana». La intención de portonovés pasa por ampliar un poco su trayecto y acercarse a Estados Unidos para atracar en Florida, aunque no lo ve claro. «Si el tiempo es propicio podría intentar llegar a Miami, pero los vientos no parecen favorables», señala.

Una vez que abandone las cálidas aguas caribeñas, la dificultad del solitario viaje, por si no era ya suficiente, se incrementará según avance hacia el norte. Su idea original es compleja, pero de acabarla será una aventura épica, una de esas acciones que en otros tiempos se cantaría en una gesta medieval o llenaría las primeras páginas de los periódicos de la era victoriana.

Leiro quiere bordear Terranova y seguir navegando entre Canadá y el Círculo Polar Ártico hacia el oeste. Es una travesía que ha marcado la conquista de la última frontera, el paso del Noroeste. Si los problemas burocráticos no lo impiden, como le sucedió en Rusia el año pasado, y el mar le es propicio, llegaría en unos meses a Alaska y entraría por el Estrecho de Bering en el Pacífico. Una odisea digna de Ulises o de Jasón y los Argonautas.