Así se combate el incendio que asola el monte de A Canicouva y Xustáns
PONTE CALDELAS






























El viento empujó las llamas desde la caldelana Baltar hacia el núcleo pontevedrés. Quemó 300 hectáreas en dos días
07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los vecinos del núcleo de la parroquia pontevedresa de A Canicouva, al igual que sus homólogos del otro lado del monte de A Fracha, en Baltar (Xustáns) en Ponte Caldelas, apenas durmieron del viernes al sábado. El fuego amenazaba sus casas y de noche, las llamas, que iluminaban todo el monte, parecía que podían tocarse. Al amanecer, el viento había empujado el incendio lejos de Baltar, pero se movía por el bosque como un monstruo con las fauces bien abiertas en dirección hacia A Canicouva.

Con los ojos humedecidos por las lágrimas ante el desastre, un vecino resumía el sentir de los demás. «¿Como imos estar? Preocupados». A primera hora de la mañana, el humo delataba la lengua de fuego que la espesa vegetación ocultaba a la vista abajo, en el curso fluvial del río Ulló, que rodea uno de los flancos de A Canicouva, un núcleo de unas 90 casas dispersas por la ladera.

Preocupación por las casas
«Lo vemos con inquietud, pero nada que ver con el 2006. Aquello fue un caos con todo rodeado por el fuego», comenta otro vecino. Aún así, no quita ojo a la columna que revela el avance de las llamas por el valle. «Con tal de que non leve as casas, as veigas que as leve todas», resalta otra vecina. Viviendas no ardieron, pero la zona sufre un apagón, que en el caso de Ponte Caldelas se hizo extensivo a todo el municipio para facilitar el trabajo de las brigadas.

Desde las diez de la noche del viernes, Medio Rural clasificó este incendio de nivel dos, como medida preventiva para proteger Baltar y A Canicouva. A las nueve y media de la mañana del sábado, el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, que junto con el personal municipal reforzó de noche las cuadrillas de la Xunta y a los vecinos en el monte, señaló que, en su ladera, la situación parecía bajo control.

Gran parte de la jornada la dedicaron los caldelanos a refrescar el humeante suelo del bosque. Entre las once y las doce, los medios aéreos y los terrestres se concentraron en el frente que rodeaba A Fracha y bajaba hacia A Canicouva. En la aldea, las cenizas caían del cielo en lugar de la lluvia que todos deseaban.

Desde el campo de fútbol, los vecinos observaban la evolución del desastre ambiental. El fuego estaba lejos, aparentemente, pero nunca se sabe. El viento avivó el frente de batalla y en cuestión de minutos un espeso humo negro a bastante distancia anunció que se aproximaban las llamas. Durante horas solo se había visto humo en A Canicouva, pero a las doce y media volvieron a asomar las llamas en las copas de los árboles. Aparecieron las palas y las brigadas, que no cesaron en su empeño de proteger el perímetro de la aldea de un voraz incendio cuyo tributo ascendía a 300 hectáreas, al cierre de esta edición. La orografía de la zona dificulta mucho los trabajos de control de las llamas y el fuego es escurridizo. A última hora de la la tarde las llamas eludieron el perímetro en el entorno de la cantera y cuando cayó la noche, el operativo contra el fuego seguía intentando atajarlo e impedir que asumiese nuevos frentes.
El incendio del Xiabre, que ha calcinado 450 hectáreas, avanza a su estabilización
La Consellería de Medio Rural informó de que el incendio forestal del monte Xiabre, que afecta a los municipios de Caldas de Reis y Vilagarcía de Arousa, ha calcinado en torno a unas 450 hectáreas. En su informe diario, el departamento autonómico precisó ayer por la tarde que el fuego de Saiar todavía está activo, pero que se esperaba que se pudiese estabilizar.
Medio Rural precisa que no hay viviendas en riesgo pese al amplio territorio quemado. En este entorno, además de medios aéreos y terrestres, estuvo también colaborando la Unidad Militar de Emergencias, que a primera hora de la tarde de ayer se trasladó al incendio forestal del monte de A Fracha, donde se requirió su intervención para reforzar la lucha contra las llamas.