En el cementerio de Pereiró se encuentra una de las esculturas funerarias más conocidas de Galicia. El escultor cambadés Francisco Asorey recibió el encargo de la familia Gil Sarabia, de realizar una escultura en el mausoleo que acogía los restos mortales de las tres hijas de esta familia. Las tres habían muerto cuando eran muy jóvenes a consecuencia de la tuberculosis.
Asorey jugó con la idea de la levedad del ser. Para ello, situó en un primer plano a la figura de una mujer joven y hermosa, que es acechada por la muerte, representada por un esqueleto.
El conjunto está realizado en mármol y las dimensiones tienen una escala humana. Este conjunto está catalogado como bien cultural a conservar en el Plan Xeral de Vigo, aunque en su ficha se indica que se desconoce la fecha de su inauguración.
José Gil, el padre de las tres jóvenes fallecidas, fue el primer gran realizador de cine que hubo en Galicia. Gil, que produjo cerca de 140 películas, rodó la primera en 1910 y el tema central eran las fiestas locales viguesas. El artista también fue el autor del primer spot publicitario, al rodar en la plaza de toros de Pontevedra una corrida con varios coches Ford.