El calor puede matar. Y no es una exageración. Los médicos recomiendan extremar las precauciones para no acabar en Urgencias con un golpe de calor cuando los termómetros superan los treinta grados. La primera ola de calor del verano ha desaparecido pero desde Meteogalicia aseguran que las altas temperaturas volverán con intensidad en julio y agosto.
El coordinador médico del Virxe Peregrina, Pedro Cabrera, alerta de que una exposición continuada al sol puede provocar el conocido golpe de calor, una patología aguda provocada por un fenómeno de deshidratación. «Puedes entrar en una situación peligrosa. La persona no sabe que le pasa y sufre mareos, dolores de cabeza, una bajada de tensión aguda, vómitos y debilidad cuando están expuestos a temperaturas muy altas», señala Cabrera.
A priori parecen síntomas comunes a muchas patologías, pero el coordinador del Virxe Peregrina asegura que se sufren en una intensidad muy elevada. Su solución: estar siempre bien hidratado. Por eso, la población mayor padece más esta enfermedad. Ellos ya no tienen sensación de sed. Así, que Cabrera recomienda darles en torno a los dos litros de agua al día. «Al no beber sufren una enorme pérdida de líquidos. Normalmente acumulan muchas enfermedades y si se deshidratan las agudizan», aclara. Sin embargo, este mal ataca igual a los deportistas, trabajadores al aire libre o personas que se tumban al sol durante horas sin moverse.
Alimentación ligera y poco sol
A la ingesta constante de agua, el facultativo recomienda huir del sol en las horas centrales del día y comidas ligeras. Junto a los golpes de calor, las infecciones y diarreas que acaban en gastroenteritis son el gran lastre de las vacaciones. «Hay que tener las manos siempre muy lavadas y tener cuidado que los alimentos que se consuman no estén abandonados al sol», explica Cabrera, quien recalca que «durante el verano se multiplican los casos de gastroenteritis por salmonelosis».
Manos bien limpias, pocas explosión al sol durante la horas centrales del día y mucha agua, al menos dos litros del líquido elemento para no sufrir ningún golpe de calor ni verse obligados a pasar el verano en el servicio de Urgencias. Desde Meteogalicia esperan un verano típico «y sin anomalías» para las Rías Baixas, lo que se traduce en máximas de 26 grados y mínimas de 15, con muy pocos días de lluvias. El servicio meteorológico de Galicia estima, aunque reconoce que es un poco pronto para hacer pronósticos, que en julio y agosto Pontevedra registrará pocas lluvias y temperaturas agradables que darán una tregua a los ancianos que tendrán que beber más agua de la que caerá durante el verano para resistir el golpe de calor.