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«Sanxenxo es un lugar privilegiado»

PONTEVEDRA CIUDAD

La condesa de Montarco nos recibe en su residencia de verano donde descansa julio y agosto desde que su padre la trajo a Punta Palacios hace más de cincuenta años

20 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Su casa es un pequeño refugio en el que se esconde cada verano para huir del ajetreo de la capital. Lo hace desde que tenía poco más de diez años. Su padre, el prestigioso físico Julio Palacios le enseñó a querer esta pequeña punta que sobresale en el mapa de las Rías Baixas. Charo Palacios, o lo que es lo mismo la condesa de Montarco, nos recibe en el jardín de su casa después de una jornada de playa.

Sigue haciendo calor, pero en el porche de su residencia de Punta Palacios la brisa reduce la sensación de agobio. Aparece relajada y muy bronceada. Impecable con un pantalón blanco, tacones y una americana azul. Un aire muy marinero para recibirnos a pie de ría de Pontevedra. En cuanto se sienta, mira a su alrededor y sentencia: «Este es mi lugar favorito. Es al que más cariño le tengo, un lugar privilegiado al que vengo siempre y seguiré viniendo mientras viva».

Si tuviera que quedarse con un lugar de la finca, serían las rocas donde desemboca el jardín de una casa de planta baja de piedra con amplios ventanales desde donde se ve un interior lleno de fotos familiares. Nos acercamos hasta las rocas. «Aquí me bañaba siempre hasta que tuve el accidente. Bajaba por esas escaleritas al agua. Ahora estoy mayor y voy a la playa», bromea.

Paseo diario

Su padre fue la pieza clave para adorar Sanxenxo y todavía hoy los mejores recuerdos están vinculados a sus primeros años en Punta Palacios, lugar que Julio Palacios compró hace más de 60 años. A pesar de ser un personaje público de la aristocracia española, Charo Palacios va a diario al mercado y a pasear hasta el centro de Sanxenxo. Aunque nota que a veces la gente la mira, su pasión por la villa es tan grande que «no puedo decir nada malo de Sanxenxo». Y es que ya son más de 50 años veraneando aquí.

En septiembre vuelve a Madrid. Ha dedicado toda su vida a la moda y además de trabajar con el diseñador Elio Benhayer, del que también fue su musa, en su juventud hizo sus pinitos como modelo. Su vinculación con la moda, la obliga a regresar a la capital para las campañas de septiembre.

Lejos del papel couché

Aquí, mientras, desconecta del papel couché, que ahora está más centrado en su hija Alejandra Rojas, quien fue durante muchos años novia de Luis Medina, hijo de Nati Abascal. Palacios bromea y asegura que la prensa rosa la sigue más a ella por ser más guapa y más joven. Ahora apenas viene a pasar algún día a Sanxenxo, pero en la casa de la condesa de Montarco siempre hay familiares y amigos que la visitan.

Lady verano

Su vinculación con la villa la convirtió en la primera Lady Verano de Sanxenxo en 1994, un certamen que organizaba Isabel Viana y que duró cinco ediciones. Pero no fue el único «título» que le brindó las Rías Baixas. Años antes fue la primera reina de las fiestas. Acostumbrada al glamur de Madrid, Palacios se sentía igual de agradecida al llevar el nombre de Sanxenxo.

Solo tiene un pequeño tirón de orejas: considera que el crecimiento urbanístico está destrozando la villa. Hasta se puede calificar como «horterada», dice mientras nos acompaña hasta la puerta. Agradece la visita y se despide no sin antes recordar que ha hecho una excepción al atendernos. Sanxenxo es solo descanso.