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El Peprica cumple más de una década protegiendo al centro histórico

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El plan especial, que entró en vigor en el 2003, incluye fichas individuales de cada uno de los edificios de la zona

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La zona monumental de Pontevedra lleva más de una década rigiéndose por el Peprica, el Plan

Especial de Protección, Reforma Interior e Conservación do Conxunto Histórico-Artístico. Entró en vigor en el 2003, tras una gestación que duró varios años. El documento incluye fichas individualizadas de cada uno de los edificios del centro histórico, a los que asigna niveles de protección que son los que marcan qué obras se pueden hacer y cuáles no.

Existen cuatro niveles de protección, que van del monumental al ambiental. Dentro del primero, que es el grado máximo, se incluyen los edificios declarados monumental histórico-artístico. En el caso del entorno de A Ferrería gozan de esta protección el edificio de Hacienda y el convento de San Francisco. Para este tipo de inmuebles, el Peprica solo autoriza obras de consolidación y conservación.

El siguiente nivel de protección es el integral, que incluye aquellos inmuebles que, aun sin llegar a la categoría de monumental, «posúen notables calidades arquitectónicas e urbanas de gran valor e rareza» que aconsejan su conservación tanto exterior como interior. Son edificaciones que, si bien sufrieron modificaciones sustanciales a lo largo de los años, «aínda poden ser conservadas mantendo o seu carácter». En estos casos se permiten obras de restauración, además de las de consolidación y conservación.

La protección estructural es el tercer nivel que contempla el Peprica. Son aquellos inmuebles de los que interesa conservar íntegramente su «fachada, patios interiores, elementos estruturais e tipolóxicos básicos». Básicamente son edificios que sufrieron «profundas modificacións» en épocas recientes, o que poseen elementos singulares. En estos casos se suman al tipo de obras autorizadas para los niveles más altos, las de rehabilitación.

Por último, está el nivel de protección ambiental, que es el más bajo y engloba a los edificios que no teniendo por si mismos un valor destacado, «son pezas que colaboran á configuración dun espazo ou ambiente urbano caracterizado». Hay tres categorías (A, B y C), que permiten, respectivamente, realizar obras de reestructuración, de adición de plantas o de construcción de nueva planta.

Existe en el seno de la comisión municipal de Urbanismo del Concello lo que se conoce como «comisión de seguimiento del Peprica», que analiza las cuestiones referidas a cualquier actuación que afecte al centro histórico.

El Peprica rige tanto intervenciones privadas como sobre el ámbito público, y no han sido pocas las voces que han cuestionado en los últimos años reformas realizadas bordeando los dictámenes del Plan Especial, como la del Campillo de Santa María.

Análisis

el casco histórico, herido

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