
La campaña en tres centros de FP apunta a una generación 2.0 y corre el riesgo de que la imagen prime sobre el mensaje
14 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Si hasta ahora los programas de seguridad vial dirigidos a jóvenes prácticamente se limitaban a conjugar información con las cifras puras y duras de siniestralidad y la realización de actividades, más o menos, lúdicas en recintos cerrados, el futuro de estas campañas parece apostar por un cambio de metodología. Pontevedra, y más concretamente tres centros de Formación Profesional -Frei Martín Sarmiento, Luís Seoane y A Xunqueira-, están siendo pioneros en España en la implantación de una nueva forma de entender estos programas, de tal modo que se busca la implicación directa de los jóvenes a los que van dirigidos.
Lo primero que llama la atención es que se trata de mensajes, en sus muy diversas formas -memes, tuits, vídeos, un rap...-, que tienen como objetivo potencial una suerte de generación 2.0. Esto es, se apartan de lo que es el concepto del medio de comunicación tradicional para centrarse en Internet y, más concretamente, en las redes sociales.
Es en estos espacios donde una imagen acompañada de un lema, más o menos ingenioso, pueden alcanzar una amplia difusión en un muy corto espacio de tiempo. Esto es, se puede volver viral y, de este modo, llegar a una mayor número de internautas.
El principal riesgo que, a priori, puede derivar de esta búsqueda de la viralización es que se pierda la filosofía del mensaje en favor de la creatividad y la ocurrencia. En principio, es un hándicap que no se manifiesta en los trabajos finales que han salido de los centros educativos pontevedreses, donde los alumnos estuvieron supervisados por el personal de Gea21 - Grupo de Estudios y Alternativas.
Por otro lado, el sustentar los mensajes en iconos reconocidos, como pueden ser el Joker del tristemente fallecido Heath Ledger o alguno de los Pokémon del videojuego homónimo, no cabe duda de que atraen la atención de los usuarios. Estas imágenes enfatizan la vertiente emocional con la que se quiere que el mensaje cale entre el público objetivo, esto es, los jóvenes.
Está claro que se trata de una campaña cuyo mensaje no está dirigido ni a todos los segmentos poblacionales, ni a todas las generaciones. Es algo de lo que son conscientes los propios promotores de esta iniciativa: «La transmisión de conocimiento a través de expresiones artísticas ??de joven a joven?? son mucho mejor recibidas y está probado que resultan eficaces para promover cambios de actitud y comportamiento», recoge el proyecto Road Safety Tunes, que tras su paso por Pontevedra se ha rebautizado como Seguridad Vi(r)al.
En este marco se puede circunscribir el rap que los alumnos pontevedreses compusieron para la ocasión o el vídeo que montaron para alertar de los riesgos de la carretera.
Valorar el posible impacto de la misma es, en principio, cuestión de tiempo. Está claro que un meme o un tuit por sí solos va a ser muy difícil que consigan que alguien recapacite y modifique una conducta que supone un riesgo al volante.
Un Joker pasado de vueltas. La imagen del archienemigo de Batman fue empleada por los alumnos del Frei Martin Sarmiento para alertar de los riesgos de un exceso de velocidad. fotos GEN21
Desmitificador. El hecho de que la velocidad esté detrás de la mayoría de infracciones provoca que sea el leit motiv de muchos memes. Este, en concreto, alerta del riesgo de accidente pisando el acelerador.
Pokémon icónico. Un exponente del público al que se dirige la campaña: los jóvenes han crecido jugando con videoconsolas y manipulan el lenguaje a su antojo a la hora de mandar un mensaje.
Montaje fotográfico. En el Luís Seoane apostaron por un tipo de meme muy habitual que consiste en manipular una imagen real con elementos de otra, en este caso, un coche accidentado.
Un guiño a la noche. En A Xunqueira apostaron, entre otros canales de mensaje, por elaborar un poster en el que se alude de forma velada a los riesgos que pueden tener la movida nocturna en el ámbito de la seguridad vial.
Llamada de atención. En el Frei Martín Sarmiento, donde se llevaron a cabo dos talleres en lugar de uno, no dejaron pasar la ocasión de abordar las consecuencias fatales de los accidentes.
La educación del futuro