Una boda entre chamanes y altares de fuego

IVán Calderón

PONTEVEDRA CIUDAD

. Cedida

Un festival en una finca de Mourente fue el escenario de tres ceremonias al mas puro estilo Woodstock

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde las icónicas bodas en Las Vegas, con mayor o menor grado de ridículo, hasta la renovación de votos con una ceremonia hindú en la playa, multitud de parejas buscan una forma distinta para celebrar su matrimonio. Muchas veces es solo una forma simbólica de comprometerse, una especie de preboda. Ese es mi caso, y así es como mi novia y yo acabamos teniendo una boda hippy como plan para el sábado por la noche.

La idea surgió cuando vimos el cartel de un festival que destacaba la celebración de «uniones de amor hippies», y pensamos ¿Cuantas veces se tiene la oportunidad de que te case un chamán en Pontevedra?

Es importante aclarar que esta clase de ceremonias forman parte de las llamadas uniones simbólicas, que vienen a ser bodas que, a pesar de no tener ninguna validez legal, están cargadas de la misma solemnidad y romanticismo que una común. La mayoría procede de ritos nupciales que mezclan creencias de distintas religiones y culturas. En este caso, una boda hippy toma, en gran medida, elementos de la iconografía pagana y de la cultura celta. Así las define Yolanda Valcárcel, una de las organizadoras de la fiesta, «una unión frente a la madre tierra, que dura mientras el amor dure».

La ceremonia

Con la idea del «mientras que el amor dure» en lugar del tradicional hasta que la muerte os separe, llegamos a una preciosa finca en Mourente con la ambientación que se podría esperar de una Festa Agrohippie, un pequeño escenario a un lado del amplio jardín, y una decoración que parecía sacada del artículo de una revista de decoración. Pero lo que aportaba misticismo al entorno era el altar, por llamarlo de alguna manera. La verdad es que, a pesar de que sabíamos que era una unión simbólica, cada vez se sentía mas como una boda.

Momentos antes de comenzar la ceremonia se nos dijo a las parejas que debíamos recoger ofrendas de la naturaleza y basar nuestros votos en ellas. Así que ahí estábamos mi novia Sara, otras dos parejas y yo, con nuestros peculiares votos, en las manos, esperando para que el chamán nos uniera en matrimonio con la luna como testigo, según afirmó.

Otra de las muchas particularidades de la ceremonia, fue que cada uno de nosotros leyó las palabras que el otro había escrito, para proceder a quemarlas, con lo que «pasaban a formar parte de la naturaleza». Sin duda el momento mas emotivo sería la unión de manos, atadas con un pañuelo y formando el símbolo del infinito. Quedando así consagrada la unión.

Según comentó el místico a las parejas, el nudo no debía desatarse hasta consumar el matrimonio, tradición que se decidió omitir por estar en medio de un festival y evitar una denuncia por exhibicionismo.