
Su inclusión en el inventario de bienes municipal levantó sorpresa, pero en realidad la entrada solo se refiere al solar
14 oct 2016 . Actualizado a las 08:05 h.Es la entrada número 67 de la actualización del inventario de bienes inmuebles elaborada por el servicio de Patrimonio del Concello de Pontevedra: «plaza de toros». Se le atribuye una superficie de 4.654 metros cuadrados, y su aparición en el inventario causó cierta extrañeza. ¿Puede ser que el convenio más polémico de los que sostiene el Concello -38.500 anuales- sea para utilizar una instalación que en realidad es de su propiedad? Sería un buen argumento para los colectivos que se oponen a la celebración de corridas de toros en la ciudad y al convenio con el que, a su parecer, las subvenciona de forma encubierta el gobierno local del BNG.
Pero no, claro que no es una instalación pública. En realidad, sigue siendo de titularidad privada. Nunca lo fue. El actual propietario es la empresa de los hermanos Lozano, que se hizo con su gestión en los años 90. Lo que sí es municipal, o los fue en su día, es el solar, de 4.564 metros cuadrados en el que se asienta el coso de San Roque, según consta en las crónicas históricas.
Hay estudiosos que aseguran que la tradición taurina en Pontevedra se remonta al siglo XVII. Hasta finales del XIX las corridas se celebraban en A Ferrería, pero en 1892 un capitán de Artillería, Benito Calderón Ozores, hermano de la marquesa de Riestra y yerno de Montero Ríos, impulsó, asociado con dos cordobeses, la construcción de una plaza de toros de madera en el Campo de la Torre, en el mismo sitio donde está la actual de piedra.
En 1896 se recibió en el Concejo una petición para construir una plaza de piedra, a cuyo fin -y ahí puede estar la clave de su aparición en el inventario- se solicitaba la cesión gratuita del terreno de San Roque donde se había instalado la anterior de madera. La solicitud fue aprobada el 5 de noviembre de aquel año, aunque el proyecto de construcción estuvo parado hasta 1899. La plaza se inauguró el 12 de agosto de 1900. Y fue, desde sus inicios, una instalación privada.
Así lo sigue siendo, aunque el terreno en el que se asienta fuera cedido por el Ayuntamiento de Pontevedra y siga figurando en el inventario como propiedad municipal. Pero solo el suelo, no la edificación.