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El relato de la plaza de García Escudero

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Tras años casi olvidada, la excavación cuenta al fin con paneles que explican qué es lo que se ve

28 abr 2023 . Actualizado a las 18:44 h.

Cuando han transcurrido ya casi doce años desde que la plaza de Valentín García Escudero dejara sus tripas al aire en forma de excavación arqueológica, el Concello de Pontevedra ha dado al fin el paso de instalar una serie de paneles explicativos que, por lo menos, cuentan al visitante qué es lo que está viendo.

No se ha mejorado la imagen del yacimiento -que sigue pareciéndose más a una obra sin terminar, con tuberías que protegen algunos restos y andamiajes para sostener otros-, pero al menos el visitante que llega a la zona puede por fin tener una idea clara de qué es lo que está viendo y por qué los arqueólogos consideran a esta excavación como una joya que recoge la historia de Pontevedra, un punto en el que se encuentran vestigios desde la época romana hasta prácticamente el siglo XX.

La excavación se inició en el año 2006, cuando el Concello pretendía reformar la plaza que había en superficie, que se había convertido en un espacio de aparcamiento indiscriminado. El proyecto municipal seguía las pautas de la reforma urbana y pretendía que los peatones pudieran reconquistar ese espacio copado por los coches. Una zona verde y un pequeño parque era la idea original para un punto clave en la imagen de la ciudad, pues es el lugar por donde miles de peregrinos atraviesan cada año para embocar el puente de O Burgo.

Las catas arqueológicas que se llevaron a cabo en la zona sacaron a relucir lo que, en realidad, ya se sabía: que iban a aparecer vestigios muy importantes. Se iniciaron los trabajos para catalogar los restos, y a medida que se iba excavando a los expertos se les iban abriendo más y más los ojos ante la magnitud de lo que había permanecido bajo el asfalto durante siglos: dos miliarios romanos, restos de los arcos originales del puente de O Burgo, parte de la muralla, restos del muelle medieval, los cimientos de la primitiva plaza de abastos... tantos restos y de épocas tan distintas que los arqueólogos señalaron que se trataba de la «zona cero» de la historia de la ciudad.

Lo que sucedió a partir de ahí es conocido, La zona pasó por ser «museo efímero», museo al aire libre y objeto de un concurso de ideas para preservar los restos -se llegó a barajar una inversión millonaria para crear el Museo da Historia-, pero acabó con esa imagen descuidada que provoca cierto rechazo vecinal.

En el 2013 se dio un buen lavado de cara a la zona, pero insuficiente. Se limpió, se instaló nueva iluminación y se mejoró el vallado perimetral. Ahora esa puesta en valor se completa con cuatro paneles de vinilo transparente que reproducen con dibujos los restos y explican a qué corresponden.