El cineasta rodó en la ciudad parte de «La lengua de las mariposas» con decenas de vecinos participando como extras
05 feb 2020 . Actualizado a las 23:55 h.La muerte de José Luis Cuerda trae a la memoria muchas de sus películas, pero para los pontevedreses hay un recuerdo especial de La lengua de las mariposas. Buena parte de sus escenas se rodaron en la zona vieja de Pontevedra en 1998, otras se fueron a rodar a Allariz. El cineasta, un enamorado de Galicia, aprovechó la belleza de la capital del Lérez para hacerla protagonista en una de sus películas más premiadas. Y no solo rodó con su equipo en la plaza de la Leña y la calle Figueroa, sino que ese verano de finales de los noventa buscó trescientos figurantes en la ciudad. Las escenas que tendrían que rodar recrearían el Carnaval en la República y cobrarían por su participación cerca de 4.000 pesetas. Pontevedra se unió a ese rodaje con personajes que recreaban un falso ciego, un afilador, hombres a caballo o guardias civiles, entre otros. Ese 21 de julio de 1998 contaba el encargado del cásting, Miguel Rumbao, una anécdota poco divertida d de la jornada. Después de pegar los carteles toda la tarde del domingo, el lunes se los habían arrancado todos y tuvo que volver a repetir el trabajo para que el cásting no quedase vacío.


















La última escena de La lengua de las mariposas, una de las más emotivas de la película, se rodó en la plaza de la Lena. Recoge el momento en el que buena parte de los personajes de la película, entre los que se encuentra Fernán Gómez, salen del edificio Castro Monteagudo y se suben a una camioneta, que los saca de la plaza ante la mirada de cientos de actores y figurantes que siguen con la mirada como suben por la calle Figueroa. La escena se ha quedado grabada en la retina de muchos de los que en ella participaron.

Pero no solo la ciudad y su gente fueron protagonistas en sus películas, años después José Luis Cuerda tuvo que recurrir a la empresa Cuiña y de Autocares Rías Baixas para conseguir un Pegaso de la colección de buses históricos, que atesora la compañía de Edelmiro Cuiña Vence. Se lo alquilaron para Todo es silencio, que se rodó en Carnota. Galicia era protagonista de buena parte de sus películas, especialmente en la provincia de Ourense, a la que se sentía muy vinculado.
