El pontevedrés Juan Rivas reproduce de forma efímera en vallas o postes lo que observan sus ojos
20 ene 2021 . Actualizado a las 12:33 h.Si es de los que le gusta pasear por el rural, a buen seguro que en alguna ocasión se habrá topado con un poste en el que alguien ha reproducido al milimetro la imagen que se encuentra enfrente. Puede que sea una vivienda o puede que sea un paisaje, el motivo es muy variado, pero tiene el común denominador de que han sido realizados por la misma persona, el artista pontevedrés Juan Rivas Fernández (@juanrivasfdz).
Pintura no lugar es el proyecto en el que se ha embarcado y que define como «un estudio del entorno en el que vivo. Es copiar lo que tienes alrededor como una manera de intentar comprender el sitio en el que vives». La idea surgió con la intención, explica al respecto, de señalizar, dar relevancia, a espacios de interés. «No se trata de crear un mero recorrido y recrear los espacios reseñables, sino que lo imaginé cómo lo que ves cuando estás en el alto de Raxó, que hay unos azulejos en los que han pintado todas las vistas. Era eso pero llevándolo a cualquier lugar. Es estar, por ejemplo, en una parada de autobús y, de repente, ver dibujado en la barra de la medianera la casa que tienes enfrente o ir andando por un camino y encontrarte un poste en el que está pintada la vivienda que tienes unos metros más adelante».
Además, otro de los aspectos que destaca de esta iniciativa es que, inicialmente, la concibió como algo efímero. «Me gustaba que fuera efímero, no tener ninguna responsabilidad... Sacas una foto y me lo llevo, pero luego surgieron otras iniciativas».
Y es que tuvo tal repercusión que el pontevedrés fue invitado por Finlandia para trasladar esta propuesta, pero de forma permanente. «Querían que se perpetuase. Fue cerca de Helsinki y querían que quedase un recuerdo del verano. Fue en agosto de hace dos años y me pidieron que reprodujese ese sitio en verano para que luego se observase en invierno, quedase en la memoria. Tuve que pintarlo con acrílico, darle barniz e imprimirlo todo para que durase», apunta.
Y siguiendo con esta línea, un año después y también en verano, Juan Rivas llevó su Pintura no lugar a Caldas en el marco del festival Kaldarte. «Fue un poco lo mismo... Pintar en vallas, en postes de señales... En lo que tienes más cerca. Es una manera de plantear por qué eso que estas viendo es así y por qué no es de otra manera».
No es su único proyecto en marcha. En paralelo con esta iniciativa, y desde hace unos tres o cuatro años, está realizando una serie de cuadros nocturnos de lugares iluminados por farolas. Se trata de sitios «por los que es raro que la gente pase a esas horas, pese a lo cual tienen que estar encendidas toda la noche».
Compaginando arte y trabajo
Tras haber cursado estudios en la Facultade de Belas Artes de Pontevedra, Juan Rivas se decantó principalmente por la pintura al óleo, con una particularidad: «Pintó a partir de fotografías».
Y es que Juan Rivas compagina la pintura con su trabajo: «Tenía que viajar bastante y la verdad es que no tenía mucho tiempo. Empecé a aprovechar que llevaba la cámara de fotos en el coche. Sacaba fotos de paisajes, de sitios que me iba encontrando por toda Galicia y esas imágenes las pintaba luego. Fue todo por una cuestión de tiempo. Entiendo que lo mejor es pintar al natural, pero, por cuestiones de tiempo, no podía. Lo de los postes fue un poco la excusa para volver a pintar al aire libre».
Esta forma de trabajar le ha permitido continuar con su labor pese a las restricciones de movilidad impuestas a raíz de la pandemia del coronavirus. «Tiré del material que tenía. Seguí teletrabajando bastante y mucho tiempo no tuve, pero es que, directamente, recurrí a las vistas que tenía desde casa. Sacaba la cámara por la ventana...», incide.
Lo que sí ha provocado la expansión del coronavirus es que algunos de los proyectos que el pontevedrés ya ha completado están, en cierto modo, parados. En cartera tiene a finales de este mes una exposición colectiva en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CEGAC) para conmemorar los treinta años de la Facultade de Belas Artes, así como tiene pendiente otra muestra, también colectiva, en Sevilla. «Estas dos ya se retrasaron por el covid-19 porque, inicialmente, iban a realizarse antes de Navidad», explica, al tiempo que alude a que también está a la expectativa de un proyecto con una editorial y de una tercera exposición centrada en las viviendas de un arquitecto. «Siempre estás haciendo cosas y tengo material para cuando se pueda exponer», concluye al respecto.