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Jesús Pereiro: Él puso el germen y el bádminton floreció en A Estrada y Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

miguel souto

Acercó a Pontevedra una disciplina minoritaria. Hoy, el Ravachol Pontevedra tiene el equipo de Galicia en la élite y una cantera con futuro

09 mar 2021 . Actualizado a las 12:23 h.

Jesús Pereiro vive y se desvive para que el bádminton tenga el hueco que se merece en Galicia. Dirige al único equipo en la élite nacional y asegura que la cantera de la comunidad hará florecer un deporte en el que él ha puesto el germen. El Ravachol Pontevedra volverá la próxima semana a la competición después de que la virulencia de la tercera ola de la pandemia obligase a suspender la competición. Y lo hará para enfrentarse al San Fernando de Valencia, un rival directo por la permanencia en la División de Honor. No se hubiese imaginado Jesús Pereiro que cuando fundó el Ravachol en octubre del 2016, llegaría hasta aquí con solo cinco años de vida.

Los éxitos a nivel nacional llegaron ahora, pero detrás hay una vida dedicada a un deporte en el que se inicio en su colegio de A Estrada cuando tan solo tenía nueve años. «En la clase de educación física teníamos una parte dedicada al bádminton y el profesor hacía una competición con los diez mejores niños de otros coles, es algo que me gustaría hacer», recuerda Pereiro de su infancia. Fue ahí, en A Estrada, donde forjó una carrera que ahora despunta en Pontevedra y en donde aspira a que se forje una cantera sólida que con los años alimente al primer equipo.

El Ravachol lo fundó hace cinco años con ese objetivo, pero él seguía en el club de A Estrada, donde siempre ha habido una vinculación muy estrecha con esta disciplina. La sección de bádminton del CGTD entrenaba en esta localidad hasta que hace siete años se trasladó a las instalaciones de Pontevedra. «El Bádminton A Estrada ganó la liga de Primera Nacional en la temporada 2016-17, pero no pudimos mantenernos en la categoría por falta de financiación. Algunos de los jugadores que estaban comprometidos con el proyecto se unieron al Ravachol», recuerda Pereiro.

Ese fue el verdadero germen que sembró lo que hoy es el único equipo gallego de División de Honor. «Los jugadores que se había ido a otros equipos para continuar con su carrera lo hicieron con el compromiso de que cuando ascendiéramos, volverían. Y así ha sido», comenta el entrenador y director deportivo del club. Este es su primer año en la élite y seguirán peleando por la permanencia, pero lamentan que lleven un año sin entrenar por el covid y no tengan instalaciones para retomarlo. Esta misma semana llegaron a un acuerdo con el colegio San Narciso de Marín para poder usar sus pistas tres veces a la semana. «Desde marzo del 2020 estamos así, dentro del proyecto que le presentamos al Concello de Pontevedra cuando nos vinimos a la ciudad estaba fomentar la base y organizar eventos como el Campeonato de España absoluto del 2019 o el torneo Cidade de Pontevedra», apunta Pereiro, que asegura que ha sido un año demasiado duro, en el que los efectos de la pandemia no le ha permitido contar con los fichajes británicos y en el que además ha llegado a tener hasta siete deportistas de baja en la misma jornada. «Esperemos que ahora con las incorporaciones de Javier Sánchez y Elena Fernández seamos más competitivos», comenta.

La importancia de la cantera

La idea de formar una base sólida tuvo respuesta por parte de la ciudad desde el primer momento. El primer año que se metieron en las escuelas deportivas «tuvimos una acogida espectacular». No se le olvidan los números. «Ofertamos 20 plazas y recibimos 81 solicitudes, fuimos abriendo también las escuelas deportivas en los colegios y llegamos a tener una base de 160 chavales relacionados con el club», apunta. La pandemia ha frenado en seco esta proyección, que esperan poder recuperar poco a poco y volver a los mismos números que había antes de marzo del 2019. «Desde el principio tuve grupos de pequeños que se animaron a competir, sumamos más de cien medallas en categorías inferiores», explica el director deportivo del club, que cuenta con Manuel Brea, jugador del equipo absoluto, par enseñar a las nuevas generaciones.

Cuando Jesús Pereiro recapacita sobre el esfuerzo de los últimos años hace balance de lo bueno, pero también de lo malo que ese ha encontrado en el camino. Está orgullosos de haber llevado al Ravachol hasta el punto en el que se encuentra, pero no olvida el esfuerzo deportivo y económico que ha supuesto está andadura. «Una de las fases de ascenso en Mallorca corrió de mi bolsillo, pero eso también era la ilusión por un proyecto», subraya. Esa ilusión sigue viva después de cinco años a caballo entre el club de Pontevedra y A Estrada, dos entidades que conviven como «una relación de hermanos». Uno está en al élite y la base de A Estrada ha sido y es un referente en el panorama nacional.