El barbero «loco» que completa el soho de Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La calle San Román reúne juventud y veteranía tras el mostrador. David Cores aporta color y barroquismo en un local arriesgado

15 sep 2021 . Actualizado a las 09:55 h.

La calle San Román ha ido poco a poco cubriendo los bajos libres que quedaban. Las jubilaciones de algunos de sus comerciantes abrieron la puerta a emprendedores que cambiaron el ambiente de este rincón del casco histórico. El último en llegar es Crazy Barber, el barbero «loco» que convierte su salón de peluquería en un estudio experimental. Es la última pieza para completar una calle en la que se mezclan antiguos negocios, como la tienda de lámparas Comercial Limeres, la cerería San Román, Moda Clara o la librería El Pueblo, con otros más alternativos. Playgraound, Tatoo Trinidad, la tienda de productos sin gluten O Berce , Las Tareixas, y ahora, Crazy Barber.

Al frente de este negocio está David Cores, un pontevedrés de 35 años, que proyecta su creatividad sobre las cabezas de sus clientes. Dirige una barbería abierta a todos los públicos. «Es una barbería mixta reorientada a estudio experimental, un sitio propicio para el cambio de imagen», explica. Mientras habla, observa el pelo como intentando dar forma a lo que hará con el cliente. No solo observa sus facciones, sino el conjunto. Charla con él para poder convertir el corte y color en una especie de lienzo. «Nunca me ha pasado que salga alguien diciendo ‘¡pero qué has hecho’», asegura este estilista, que por su look sorprende a sus clientas más mayores que llegan hasta su puerta por la recomendación de alguien. Y, ¿qué es lo más loco que ha hecho? Piensa y asegura que «raparle la cabeza a un portugués que quería una cresta desde la mitad de la cabeza y que se abría hacia los lados», subraya.

Más clientes

El cambio de ubicación le ha sentado bien. Ha ganado clientes y su local llama la atención. Ha cumplido el objetivo con el que nació hace siete años en la calle Real. «Este es un sitio más abierto, más laboratorio, quiero que la gente nos conozca, que seamos un espacio llamativo», subraya.

Lo cierto es que quien pasa por delante se gira hacia su interior, pero su apuesta por el barroquismo aún no ha acabado. A los papeles de flores, muebles retro y el exceso le faltan las luces de neón. «Me gusta esa esencia de Japón, esos negocios llamativos, eso me inspira», apunta David Cores, que ocupa el bajo de la caza azul rehabilitada de la calle San Román. «Llevaba dos años intentando encontrar un local para trasladarme, me propusieron este y cuando vine, me encantó. Esa mezcla de comercio joven y antiguo es brutal», reconoce.

A las puertas de su barbería, dos sillas como sala de espera. Un par de minutos en ellas y David saluda a un buen puñado de vecinos de la calle. «Este es mi micromundo, ahora es así, pero quién sabe, igual dentro de unos años es un local distinto, con otro aire». Crazy Barber solo se propone dar «la visión divertida de ir a la peluquería».